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Reportaje:PRESOS ESPAÑOLES EN TAILANDIA

El 'caballo' de Chiang Mai

En la duras cárceles tailandesas se encuentran ya 24 españoles acusados de traficar con heroína

Carlos Yárnoz

Veinticuatro españoles cumplen condena en Tailandia por tráfico de estupefacientes. Buscaban en el país asiático las excelencias de la heroína de Chiang Mai, junto al llamado triángulo de oro, y ahora padecen las duras condiciones de las cárceles tailandesas. El crecimiento del número de españoles procesados ha obligado al nuevo embajador de nuestro país en Tailandia a dedicar la mitad de los efectivos de la embajada en Bangkok a atender a unos reclusos que están condenados a una media de 25 años de prisión. Un acuerdo bilateral a punto de firmarse podría permitir que estos ciudadanos españoles puedan cumplir su condena en cárceles españolas.

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CARLOS YÁRNOZ ENVIADO ESPECIAL ¿Es usted de Barcelona?". La pregunta, hecha en el aeropuerto de Dong Miang (Bangkok) por un policía, puede encerrar una sospecha. Más de la mitad de los 24 españoles detenidos en Tailandia por tráfico de heroína proceden de Barcelona. Sus condenas ron dan los 25 años y deben cumplirlas en prisiones con duras disciplinas y escasas medidas higiénicas, a más de 40 grados de temperatura. Buscaban caballo, y el mejor del mundo, según los entendidos, se comercializa en Chiang Mai, al norte del país, junto al llamado triángulo de oro, formado por las confluencias fronterizas de Laos, Birmania y Tailandia.

"Yo he detenido ya a 17 españoles", cuenta el policía tailandés Surachate, de unos 40 años, responsable de un grupo antidrogas. "Cinco en Bangkok, siete en Frankfurt y el resto en Italia, Barcelona y Madrid" , precisa. Surachate dice que suelen intercambiar informaciones con España y que muchas veces no son difíciles las detenciones. "Algunos pasaportes de españoles de Barcelona tienen registradas, demasiadas visitas a Tailandia", dice entre risas. "Parecen tontos; van a comprar todos al mismo sitio", suele comentar con sorna a quienes le visitan a Juan Rodon, detenido el pasado año y aún no juzgado.

Hace dos años, no llegaba a media docena la cifra de españoles detenidos en Tailandia por tráfico de droga. El número de presos ha crecido tanto en los últimos años que el nuevo embajador en Bangkok, Carlos Reparaz, entregó sus cartas credenciales el pasado día 10, asegura que "el de los presos es el problema más grave y al que dedicamos la mitad de los efectivos de la embajada".

El primer caso se registró en 1979, cuando en la zona de Chiang Mai fue detenido A.G.A., en posesión de heroína y con un pasaporte a nombre de Juan de Dios Luque. Condenado a 25 años de prisión, se encontraba enfermo y fue indultado el 31 de octubre del año pasado. En 1980, fueron detenidos, también en Chiang Mai, Carlos Ordozcoiti, de 32 años, José Pina, de 35, e Inmaculada Fernández Moralejo, de 31. Vinieron de Madrid y portaban un kilogramo de heroína. Los dos primeros cumplen penas de cadena perpetua -Pina en la cárcel de máxima seguridad de Bang Kwang- y la tercera fue condenada a 33 años de cárcel y está en el centro de Lard Yao, a unos 20 kilómetros de Bangkok.

Manuel Barrios, de 39 años, de Granada, detenido en 1982 con 1,17 kilogramos, y Alfonso García Prieto, de 32, de León aunque afincado en San Sebastián, detenido en noviembre de 1984 con un kilogramo, son los otros dos españoles que también cumplen penas de cadena perpetua. La pena menor registrada hasta ahora fue para José Baena, de Barcelona, detenido con un solo gramo de heroína y condenado a un año de cárcel.

Casos graves

Las condiciones de hacinamiento y férreo régimen penitenciario, unidas a los efectos psicológicos de las altas temperaturas y humedad y a la drogadicción de algunos reclusos han originado en ocasiones desgracias como la ocurrida hace cuatro años a Isidro Bautista, de Barcelona, en unión de un alemán y dos tailandeses, bebió en la cárcel una extraña pócima preparada con productos químicos de limpieza y frutas. Los dos europeos fallecieron, mientras los tailandeses se quedaron ciegos.

Casos graves también ocurren antes de ingresar en prisión. Juan Ferré, de 38 años, de Barcelona, estuvo a punto de fallecer el año pasado en el aeropuerto de Bangkok al romperse alguno de los preservativos que se había introducido en el cuerpo para transportar 400 gramos de heroína. Fue condenado a 25 años de cárcel. Además de los fisicos, se registran otro tipo de dramas. En 1980, y mientras estaban en viaje de novios, fueron detenidos Antonio, Santos, de 36 años, y su esposa, con ocho y cuatro gramos de heroína, respectivamente. Santos cumple una condena de 22 años de cárcel, mientras su mujer fue indultada el pasado año.

Entre los más jóvenes, figuran Teresa Esteve, de 25 años, de Barcelona, detenida en diciembre de 1985 con 180 gramos de heroína y condenada a 25 años de cárcel, y Emilio Moliner, también de 25, detenido con cinco gramos y aún sin juzgar. "Las penas son muy altas en comparación con Europa, pero son los propios países europeos los que presionan al tailandés para que sea así", dice el funcionario de aduanas Anu, de 30 años, quien asegura haber intervenido en las detenciones de cinco españoles en el aeropuerto de Bangkok. Anu recuerda el caso de un australiano que recientemente ha sido condenado en Tailandia a la pena capital.

El pasado año y los meses transcurridos del actual ha sido la época en que el número de detenidos españoles ha crecido alarmantemente. Además de algunos citados, en esos meses fueron detenidos, todos ellos procedentes de Barcelona, Jacinto Cortadella (condenado a 25 años), José Espriu (25 años de prisión), Pablo Caro (sin juzgar), Francisco J. O. (sin juzgar), Isidro Gascó, Ildefonso García García (25), Juan Rodón (sin juzgar), Francisco Rodríguez Ramos (25) y José Luis Gutierrez Camardel.

Las últimas detenciones, registradas el pasado 2 de abril, han sido las de Mariano Ramos, de 27 años, y Antonio Solero, de 33, procedentes de Madrid y Barcelona, respectivamente. El primero está acusado de llevar 185 gramos de heroína, y el segundo 1.040 gramos.

Si bien en algunos casos se puede tratar de traficantes organizados, en otros se trata de simples contratados que, según ellos mismos, cobran alrededor de 350.000 pesetas por cada traslado. Son los casos, según sus propios relatos, de Antonio Vega, de 29 años, y Cristobal Pérez Aristrán, de 45, ambos yeseros de profesión. Los dos son andaluces afincados en Barcelona y se encontraban sin trabajo cuando aceptaron venir a Tailandia en dos ocasiones el año pasado. Al regresar del segundo viaje, fueron detenidos en el aeropuerto cuando llevaban entre los dos 125 gramos. Resultaron con

El 'caballo' de Chiang Mai

(Viene de la página anterior)denados a 25 años de prisión cada uno. Apenas reciben más ayuda exterior ni visitas que las de la embajada. Otros, en cambio, han estado temporadas recibiendo 500 dólares semanales y pagando viajes a familiares para que les visitaran.

La legislación actual tailandesa obliga a que -al menos los ocho primeros años de condena -siempre que no sea cadena perpetua-, sean cumplidos en las cárceles del país, si bien el Parlamento de Tailanda estudia reducir ese plazo a la mitad, en cuyo caso una decena de españoles serían trasladados a Madrid.

Dos caminos

Para evitar el calvario de las cárceles tailandesas, sólo caben dos caminos y todos los españoles lo intentan o lo han intentado en la medida de sus posibilidades: antes de ser juzgados, buscando arreglar una libertad que, según personas que siguen de cerca los casos, cuesta alrededor de 35.000 dólares (5,25 millones de pesetas); después de fijada la condena, solicitando el indulto al jefe del Estado, el rey Bhumibhol.

Con respecto al primer camino, amigos de un preso adelantaron en 1984 20.000 dólares (tres millones de pesetas) y el supuesto enlace desapareció con el dinero. Otros, en cambio, parece, que han tenido más suerte. En agosto del año pasado, fueron detenidos cinco españoles e ingresaron en prisión. Un mes más tarde, y por gestiones realizadas por el hermano de uno de los detenidos, tres de los presos lograron su libertad. En cuanto a los indultos, el año pasado se beneficiaron de la gracia real tres españoles y hace un mes un cuarto.

En Tailandia, un kilogramo de heroína de grado cuatro -el más puro- puede obtenerse por unos 7,5 millones de pesetas. Puesto en Europa, su precio puede alcanzar los 400 millones de pesetas. En cada 50 gramos vendidos en Europa a los heroinómanos, hay un solo gramo de heroína de grado cuatro. En muchas ocasiones se ha comprobado que quien vende la droga es el mismo que informa a la policía tailandesa sobre el comprador.

El caso de España no es una excepción en el mundo occidental. En Tailandia están presos por tráfico de drogas 90 británicos, 44 estadounidenses, 40 australianos, 30 franceses, 23 italianos, 20 germano occidentales, cinco holandeses y un portugués.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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