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Mitterrand invoca la Constitución como garantía del funcionamiento de la 'cohabitación'

Soledad Gallego-Díaz

El presidente François Mitterrand dirigió ayer un mensaje al Parlamento francés para resaltar la importancia que concede al éxito de la cohabitación, o coexistencia pacífica. "A quienes se preguntan cómo van a funcionar los poderes públicos, les diré que no conozco más que una respuesta, la única posible, la única razonable, la única conforme a los intereses de la nación: la Constitución, sólo la Constitución, toda la Constitución".

El discurso de Mitterrand fue leído simultáneamente por el presidente de la Asamblea Nacional, Jacques Chaban-Delmas, y por el presidente del Senado, Alain Poher, puesto que el jefe del Estado no tiene derecho en Francia a entrar en el Parlamento.El mensaje, esperado con gran expectación, tuvo perfiles poco precisos, como si el presidente de la República no deseara que se interpretara como una ofensiva contra la nueva mayoría, de centro-derecha, ni contra el Gobierno de Jacques Chirac. Mitterrand no aludió a la reciente devaluación del franco y se limitó a reproducir los párrafos de la Constitución que fijan sus funciones, sin comentarlos ni interpretarlos.

"Conseguir que la alternancia tenga éxito, hoy como ayer, mañana como hoy", afirmó el jefe del Estado, "dará a nuestro país el equilibrio que necesita para responder, espero que a tiempo, a las aspiraciones de las fuerzas sociales que lo integran". "Mi deber", prosiguió, "era asegurar la continuidad del Estado y lo hice sin pérdida de tiempo. El primer ministro y el Gobierno están ya en condiciones de llevar a cabo su acción".

El jefe del Estado reconoció que, tanto él como las otras instituciones de la República, hacen frente a una situación inédita, puesto que es la primera vez que el presidente no puede apoyarse en una mayoría parlamentaria de su mismo signo político. "No hay otra fuente de derecho en este caso que la Constitución. Atengámonos a ella", explicó.

Mitterrand recordó que el presidente tiene funciones que no dependen de los resultados electorales parlamentarios y enumeró escuetamente las más importantes: funcionamiento regular de los poderes públicos, continuidad del Estado, independencia nacional, integridad del territorio, respeto de los tratados, garantía de la independencia de la justicia y defensa de los derechos y libertades definidos en la Declaración de 1789. "El Gobierno", precisó, "tiene por función determinar y conducir la política de la nación.

El presidente de la República insistió, sin embargo, en su negativa a autorizar el empleo indiscriminado del decreto-ley como fórmula de gobierno. "He recordado al primer ministro que las grandes reformas de la legislatura precedente [con mayoría socialista] se hicieron por la vía legislativa normal. Así ocurrió con la descentralización, las nacionalizaciones, las leyes sobre los derechos de los trabajadores o la ampliación de las libertades".

Advertencia al Gobierno

Mitterrand advirtió de nuevo, al Parlamento y al Gobierno, que no está dispuesto a que se supriman por decreto-ley derechos sociales ni a respaldar una política extraparlamentaria, y lo ha hecho precisamente 24 horas antes de que el primer ministro presente ante la Asamblea Nacional su programa y pida la autorización para gobernar por decreto-ley.El antiguo dirigente de la izquierda francesa y hoy jefe de Estado, se permitió sólo un pequeño toque de atención. Afirmó que el Gobierno anterior, socialista como él, alcanzó importantes éxitos en la política económica y que la nueva mayoría ha recibido un país "en buena salud", aunque es necesario aún una gran tenacidad y un gran esfuerzo para luchar contra el paro, que es, dijo, "la peor de nuestras plagas". Mitterrand aseguró que no es posible sanear la economía "sin justicia social".

El presidente prefirió aprovechar este primer mensaje a un Parlamento hostil para reafirmar, con sequedad pero sin beligerancia, su deseo de que la coexistencia se desarrolle normalmente hasta las próximas elecciones presidenciales, en 1988. Su discurso decepcionó en parte a quienes esperaban que utilizara el Parlamento como amplificador para explicar que el Gobierno de Jacques Chirac no es su Gobierno, ni la política que pretenden llevar a cabo, su política.

"Estoy asombrado", aseguró el dirigente comunista Georges Marchais, porque acabo de oír a un presidente socialista que es pera que la derecha logre la política de pleno empleo y de progreso social que la mayoría saliente no fue capaz de conseguir". El centro-derecha, por su parte, expresó sus reservas. "Ésto es simplemente un discurso, ya veremos lo que sucede en la práctica", afirmó un portavoz del par tido de Jacques Chirac. Otro miembro del RPIP, consideró que Mitterrand se ha "extralimitado en sus funciones"'.

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