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Un escándalo inmobiliario obliga a dimitir a tres ministros de Berlín Oeste

El alcalde de Berlín Oeste, Eberhard Diepgen, reajustará esta semana su gabinete para intentar frenar las consecuencias políticas de un enorme escándalo de corrupción, subvención a grupos neonazis y colaboración con delincuentes que se ha producido en su partido, la Unión Cristiana Democrática (CDU). El escándalo de Berlín Oeste ha ido creciendo en los últimos meses, hasta ser hoy un grave problema político para los democristianos, que gobiernan la ciudad en coalición con los liberales del FDP, al igual que a nivel federal. Tres ministros de Berlín Oeste, dos democristianos y un liberal, dimitieron ayer.

El caso no tiene precedentes en la historia de la República Federal de Alemania, dada la gravedad y la cantidad de las irregularidades y delitos cometidos por altos cargos en el poder.Las investigaciones de una comisión especial de la policía formada para este caso se iniciaron con la detención de un concejal del distrito berlinés de Charlottenburg, acusado de haber aceptado sobornos por valor de más de un millón de marcos (más de 63 millones de pesetas) para la concesión irregular de permisos de apertura de locales y edificación. También fueron detenidos dos notorios proxenetas propietarios de importantes burdeles en la ciudad y un total de 27 personas han sido procesadas en relación con este caso.

Según han avanzado las investigaciones ha salido a la luz toda una tupida red de conexiones entre políticos, prohombres de la prostitución y el submundo, constructores, compradores de favores y, finalmente, grupos neonazis beneficiarios de toda la corrupción reinante.

El caso del concejal se ha convertido en un abierto conflicto político. El lodo de las corruptelas generalizadas descubierto en el Gobierno de Berlín Oeste amenaza ya al futuro político del alcalde, que gozaba hasta ahora de mucha popularidad.

Alcalde amenazado

El pasado año, Eberhard Diepgen ganó las elecciones de Berlín Oeste con un 46,4% de los votos. Hoy, dada la gravedad de las acusaciones contra varios hombres de su confianza, su permanencia en la dirección de la ciudad está ya amenazada.El principal involucrado en el escándalo no es ya el concejal corrupto, sino el senador (ministro) del Interior del Gobierno de Diepgen, Heinrich Lummers, quien dimitió ayer. Éste, un notorio derechista, es, con su política hostil e intransigente hacia los exiliados y emigrantes extranjeros, la locomotora electoral de los democristianos entre los sectores más conservadores y xenófobos de la ciudad.

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Lummer reconoció la pasada semana haber financiado durante años a grupos de extrema derecha e ideología nazi para encuadrarlos electoralmente en la CDU.

Los otros dos miembros del Gobierno que presentaron ayer su dimisión son Klaus Franke, responsable del sector de la construcción en el Ayuntamiento, que está acusado de beneficiarse personalmente de proyectos inmobiliarios en la ciudad, y el liberal Horst Vetter, también poco escrupuloso a la hora de aceptar dinero de empresas constructoras. Vetter admitió haber recibido 10.000 marcos del promotor inmobiliario Kurt Franke, involucrado en el caso.

La Asamblea (Parlamento) de Berlín Oeste deberá elegir tres nuevos senadores mañana para reemplazar a los dimitidos, de entre un grupo propuesto por el alcalde Diepgen.

Para finales de abril está previsto que comience el primer juicio relacionado con este escándalo. Sin embargo, las investigaciones sobre la connivencia criminal entre concejales, constructores proxenetas y fascistas durarán aún años.

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