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La Comunidad Europea acuerda la devaluación del franco en un 3% y la revalorización del marco

Soledad Gallego-Díaz

Los ministros de Finanzas de la Comunidad Europea, reunidos; en Ootmarsum (Holanda), decidieron ayer devaluar el franco francés en un 3% y revaluar paralelamente en otro 3% el marco alemán y el florín holandés. El reajuste de paridades en el Sistema Monetario Europeo (SME) no ha tenido la amplitud deseada por el nuevo Gobierno conservador francés, que propuso una diferencia de ocho puntos entre el franco y el marco, en lugar de los seis finalmente acordados. El resto de las monedas integradas en el SME no ven modificadas sus paridades internas, y los alemanes se muestran satisfechos.

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Es un reajuste honorable", afirmó el ministro de Economía y de Finanzas de París, Edouard Balladur, quien anunció la inmediata puesta en práctica de un paquete de medidas complementarias. Balladur admitió que la negociación había sido más dura de lo que esperaba: "no siempre se consigue lo que se. quiere. Los otros nos han obligado a quedarnos a mitad de camino", explicó.La crisis monetaria fue provocada intencionadamente por, eí Gobierno de Jacques Chirac el pasado jueves, al dejar de sostener inesperadamente el franco, provocando una devaluación de hecho del 5% en relación con el marco y forzando un reajuste en el SME.

Los ministros de Finanzas de los otros países comunitarios llegaron a Ootmarsum irritados por la iniciativa francesa, que según ellos responde a un problema de política interna y no a una necesidad técnica. "Francia disponía de suficientes reservas como para hacer frente a las presiones sobre el franco, que fueron desencadenadas, además, por la, propia actitud, extremadamente ambigua, de las autoridades de París", asegurá el portavoz de otra delegación comunitaria.

Balladur, que estima que la devaluación es una condición indispensable para la puesta en marcha del programa. económico del nuevo Gobierno, ha conseguido convencer a la República Federal de Alemania, el país que resultará más afectado por las nuevas paridades. Sin embargo, el reajuste aprobado dará a París un margen de maniobra bastante más estrecho de lo previsto. Contra lo que fue tradicional en los ocho reajustes del SME precedentes, no se ha producido una revaluación más fuerte del marco que la devaluación de las otras divisas, sino que se ha repartido el porcentaje, con tres puntos de diferencia para cada uno.

Las líneas maestras de la política económica del nuevo Gobierno, francés serán presentadas por el primer ministro Jacques Chirac el próximo día 9, ante la Asamblea Nacional, pero Balladur ha anunciado ya, sin esperar, una serie de medidas que acompañarán la devaluación.

Controlar la inflación

Las más importantes afectan a la liberalización del mercado de capitales y a la liberalización de los precios industriales, Io que hace suponer que el Gobierno Chirac está dispuesto a soportar un aumento de la inflación de un punto por encima de lo previsto por sus predecesores. Los socialistas habían centrado su política en los últimos años en la lucha contra la inflación, que fue en 1985 del 4,7% y que no debería sobrepasar el 2% en 1986.

Balladur aseguró ayer que se tomarán las medidas necesarias para que Ia inflación a fines de 1986 no supere el 2,3%. Para ello se ha decidido congelar todos los salarios de la Administración y sectores públicos, realizar ahorros presupuestarios por valor de 15.000 millones de francos y limitar la progresión de la masa monetaria a menos del 5%. El ministro de Finanzas anunció también medidas de confianza fiscales y aduaneras "a fin de facilitar la repatriación de capitales que se encuentran en el extranjero".

"La devaluación es la primera deuda que paga el Gobierno de derechas a la patronal", afirmó el número dos del partido socialista, Jean Poperen. "Serán los asalariados, los pensionistas y todos los que dependen de un sueldo modesto quienes sufrirán las consecuencias", explicó. El ex ministro de Economía y Finanzas, Pierre Beregovoy, añadió que el Gobierno de Jacques Chirac está dispuesto a echar por la borda el rigor de los últimos años: "la lucha contra la inflación ya no es un objetivo prioritario en Francia".

Portavoces de la nueva mayoría parlamentaria señalaron, por su parte, que la devaluación es una herencia que dejó el Gobierno socialista y la única forma de permitir que la industria francesa compita en condiciones razonables con las de otros países. La devaluación permitirá un incremento automático en los ingresos de los agricultores franceses,

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