Hertzainak
El rock vasco crece autosuficiente. Bandas como Hertzainak de Pamplona actúan y graban con el respaldo de seguidores que mantienen su música viva e independiente. Este cuarteto surgido del sentimiento anárquico de la calle ha publicado dos elepés de canciones rockeras que versan sobre la crudeza y la opresión social de cada día, del agobio del individuo en régimen de temor y de terror, de la desesperación y ole la espera. Su rock and roll necesita chillar, manifiesta asco y alarma y suena duro y coordinado, lanzado y diverso.Hertzainak protestan por la vida que les dan. Alegan que "ya no es posible la revolución, sólo queda rebelión" y que "cada día las cosas se ponen peor" y la voz del cantante grita sin jactarse en las palabras entonadas que parece escupir: "Me gustaría cambiar todo esto".
Concierto de Hertzainak
Gary, cantante y guitarra ociasional;Quique, guitarra solista; Txanpi, batería; Tz, bajo y coros, Tito, saxo y Oki, teclados. Sala Star. Madrid, 4 de abril.
El batería, todo fortaleza y nervio, no permite el cese de la marcha y soporta con muchos recursos la instrumentación. Ellos no dialogan con el público, le cantan y le agitan con sus temas. El grupo comenzó con su himno Ertzainak, endulzado por un acoroleón, como símbolo del pasado, que no se quiere perder, ni siquiera en su lenguaje rockero.
Hertzainak se sienten enemigos de la violencia más próxima, y víctimas del conformismo cotidiano, sueltan los gases de la impotencia y cantan.
"En Euskadi el rock and roll no dará nunca dinero, será más alegre que en ningún sitio,y que lo mismo da". Y despiertos sueñan en un tiempo libre y tropical: "Y, para acabar, el árbol de Guernica se convertirá en una hermosa palmera".
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