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Un juez neozelandés concede el divorcio al marido de una mujer en coma profundo

Un juez neozelandés decidió ayer conceder el divorcio a una pareja, al considerar que ambos cónyugues vivían separados desde hacía dos años. En realidad la mujer había caído en un coma profundo hacía cinco años a resultas de una embolia, y su "muerte cerebral" había sido declarada por los médicos. El magistrado ha precisado en sus considerandos que la mujer, hospitalizada y con asistencia cardiaca y respiratoria, no podía considerarse muerta en ningún caso.

La sentencia cita también numerosos casos de coma profundo, especialmente el de la norteamericana Karen Quinlan, y especifica que la mujer a que se refiere el caso "se halla en un estado mucho más crítico que el que se encontraba Karen Quinlan". El juez indicó que la sentencia le forzó a entrar en un territorio por descubrir y afirmó que las nuevas tecnologías "han cambiado totalmente las nociones tradicionales sobre el momento de la muerte".

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