Diferencias entre Interior y Defensa por el nombramiento del nuevo director de la Guardia Civil

El nombramiento del nuevo director general de la Guardia Civil ha provocado diferencias entre los ministerios del Interior y de Defensa. El equipo de José Barrionuevo, ministro del Interior, pretende designar antes del fin de la legislatura -previsto en principio para el mes de octubre- a un civil al frente del instituto armado, según informaron fuentes de este ministerio. Sin embargo, en medios del departamento de Defensa se baraja como principal línea de actuación la "continuidad", lo que significa el nombramiento de otro militar al frente de la Guardia Civil, cuando cese José Antonio Sáenz de Santa María, que pidió recientemente el relevo.

La ley orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que entrará en vigor el próximo día 4 de abril, señala que el nombramiento del titular de la Guardia Civil compete al Gobierno a propuesta conjunta de los ministros de Defensa y del Interior. Las diferencias sobre la condición del futuro director general pueden explicar por qué el nombramiento se ha retrasado tras la aprobación por el Parlamento de la ley policial e incluso tras el pase a la situación B del general Sáenz de Santa María, que se produjo el pasado día 13 de noviembre.El propio Sáenz de Santa María, quien ostenta la dirección general desde el 2 de noviembre de 1983, pidió el relevo en diciembre de 1985 por razones de edad, según propias declaraciones. En el Ministerio del Interior no se descarta que el teniente general José Antonio Sáenz de Santa María, de 66 años, quede ligado al departamento como asesor de Barrionuevo. Las mismas fuentes de Interior señalaron "la posición relevante del general en el proceso de la transición democrática" y sus conocimientos sobre el área policial y la lucha antiterrorista.

En cuanto al nuevo nombramiento, en medios del Ministerio de Defensa se considera que se han dejado pasar momentos más adecuados para efectuarlo y que el actual no es el más apropiado. En los mismos medios se considera que ésta puede ser una labor de un nuevo Gobierno, tras las elecciones generales, previstas en principio para el próximo mes de octubre.

Sin embargo, fuentes del Ministerio del Interior señalaron que este departamento pretende no agotar la legislatura con este asunto, "ya que más de cuatro años sería el tiempo adecuado para que un nuevo titular de la Guardia Civil emprenda la reforma de este instituto armado".

Incluso las mismas fuentes indicaron que el ministro del Interior, José Barrionuevo, "ha tanteado en el Gobierno el nombramiento de un civil al frente de la Guardia Civil". Los nombres que suenan en el departamento del Interior para ocupar este cargo son los de Eligio Hernández Gutiérrez, actual delegado del Gobierno en Canarias; Fernando Cardenal de Alemany, gobernador civil de Barcelona, y Octavio Cabezas Moro, gobernador de Alicante, entre otros.

Reforma del instituto

El futuro nombramiento de un civil al frente de la Guardia Civil se enmarca, según las fuentes de Interior referidas, en una reforma de este instituto armado. Las líricas maestras de esta reforma pasan por "la diferenciación de las funciones encomendadas a la Guardia Civil en tiempos de paz y en tiempos de guerra, lo que implicará un cambio en su estructura", añadieron las mismas fuentes.Esta diferenciación de funciones se realizará en virtud de la doble dependencia de la Guardia Civil respecto a los Ministerios de Defensa y del Interior.

Asimismo, se pretende potenciar la función "policial" de la Guardia Civil, aunque "sin detrimento de la disciplina militar del cuerpo". A su vez, el Ministerio del Interior pretende la elaboración y aprobación de un nuevo reglamento de la Guardia Civil en consonancia con la ley policial aprobada por las Cortes y publicada en el Boletín Oficial del Estado del pasado día 14 de marzo. El nuevo reglamento se encuentra actualmente en fase de estudio.

La reforma de la organización de la Guardia Civil prevista por el Ministerio del Interior incluye además una progresiva potenciación de las funciones encomendadas a oficiales propios del cuerpo -formados en la Academia de este instituto armado- en detrimento de las que realizan los oficiales que provienen del Ejército de Tierra.