La aviación israelí bombardea campos palestinos en Líbano

La aviación de Israel bombardeó el jueves dos campos palestinos próximos a la ciudad de Sidón, en el sur de Líbano, como expeditiva represalia por el ataque con cohetes que poco antes había sufrido una escuela israelí. Diversas fuentes calcularon, aunque sin confirmación oficial, que entre cuatro y 10 personas murieron por la incursión israelí, que causó más de 20 heridos leves, informa Javier Valenzuela desde Beirut.

Los palestinos de los campos de Mieh-Mieh y Ain el Milwer se disponían a rescatar a las víctimas y apagar las llamas producidas por el bombardeo, a las 11.30 del jueves (hora local), cuando se produjo un segundo ataque aéreo israelí, 15 minutos después; del primero. Las defensas antiaéreas palestinas volvieron a disparar, aunque sin causar daños en los seis aparatos israelíes, que en cinco minutos descargaron sus explosivos sobre objetivos muy precisos. Los habitantes de los campos aseguraron que no esperaban ese segundo bombardeo.

La incursión israelí contra las bases palestinas, la segunda que se produce desde el pasado mes de enero, demuestra la determinación de Israel de impedir una recomposición de la infraestructura militar palestina en el sur de Líbano, informa desde Tel Aviv Víctor Cygielman.

Los servicios de espionaje israelíes siguen detenidamente el retorno de diversas unidades armadas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) a lo largo de la costa libanesa entre Sidón y Beirut. Según esas fuentes, alrededor de un millar de militantes de diversos grupos de la OLP se ha vuelto a instalar en campos de refugiados cercanos a Sidón.

Cuatro heridos israelíes

Una hora y media antes del ataque a los campos palestinos, unos cohetes Katiuska, disparados desde el sur de Líbano, habían alcanzado las cercanías de una escuela de Kiryat Shemona, población israelí de 15.000 habitantes, al norte de Galilea. No hubo muertos, pero sí cuatro heridos -tres estudiantes y una profesora-, alcanzados por cristales rotos.Era la primera vez desde que el Ejército israelí invadió Líbano, en el verano de 1982, que civiles israelíes resultaban alcanzados por proyectiles disparados desde el sur libanés. Desde entonces y hasta el jueves, los proyectiles lanzados por las fuerzas palestinas caían en lo que Israel designa como franja de seguridad una porción de Líbano meridional ocupada por la milicia proisraelí que dirige Antoine Lahad.

El ataque a la localidad de Kiryat Shemona puso de manifiesto, según algunos observadores, el fracaso de la operación Paz en Galilea, nombre que designó la ocupación por el Tsahal (Ejército israelí) de gran parte del territorio libanés en 1982. La acción de fuerza tuvo precisamente como justificación limpiar ese país de palestinos que pudieran atacar las ciudades del norte de Galilea.

Los aparatos israelíes buscaban locales de Al Fatah, la organización dirigida por Yasir Arafat, y los alcanzaron. Entre los dos campos atacados resultaron seriamente dañados un cuartel general, una emisora de radio y un campo de entrenamiento de la citada organización palestina. Murieron combatientes y también civiles, algunos de ellos mujeres y niños. Los periodistas desplazados hasta los campos, muy próximos entre sí, no fueron autorizados a observar los daños causados en los objetivos militares, pero pudieron ver un movimiento constante de armas ligeras.

Los campos bombardeados albergan a unas 50.000 personas y son como grandes pueblos situados entre feraces naranjales. La mayoría de las casas es de una sola planta, aunque también las hay de cuatro o ~más. Frente a una de las altas estalló ayer una bomba israelí. Todo el rriuro frontal saltó por los aires, y a la puerta misma de la vivienda se abrió un cráter de unos 30 metros de ancho.

Las emisoras israelíes no informaron del ataque sufrido por la escuela del norte de Galilea hasta que se produjo la operación aérea de represalia. Es un modo de mantener alta la moi, al de los habitantes de la zona, que ven cómo en los últimos meses la tensión bélica se incrementa a arribos lados de la frontera entre Líbano e Israel. En la última semana de febrero, el Ejército israelí rastreó la zona, sin éxito, en busca de dos de sus soldados, que habían sido capturados por militantes shiíes.