Coches y fútbol
El pasado día 19, el Atlético de Madrid jugaba un partido de la Recopa en su estadio. Como siempre, los vecinos de la zona nos resignamos a padecer la invasión de nuestro barrio. Mi hermano iba a necesitar su coche esa tarde y lo tenía aparcado correctamente, junto al bordillo, en la calle del Mármol. Para tratar de evitar verse imposibilitado de salir o tener que llamar a la grúa dejó un papel en el cristal advirtiéndolo. Algún aficionado llegó y, no contento con aparcar en doble fila, rayó todo el lateral de nuestro vehículo con un punzón y dejó un letrero con la leyenda "Para que llames a la grúa".Ahora yo me pregunto qué podemos hacer. Durante 11 años he trabajado en Tráfico; supongo que, por deformación profesional, nunca he aparcado en doble fila, lo que provoca desde la incredulidad hasta la sorna. Hace tiempo que circular por Madrid tratando de respetar a los demás únicamente supone acabar con una autoacusación de tonto. Y los vecinos del Manzanares llevamos años aguantando que nos bloqueen las calles cada 15 días y sin poder contar con el coche ni para el placer ni para la necesidad. Si el civismo desaparece y la Policía Municipal no puede hacer nada, sólo nos queda esperar agazapados al energúmeno (le turno y darle de cantazos en los cristales. En otras ocasiones que me han encerrado, cuando ha aparecido el dueño del vehículo mal estacionado, lo ha hecho encima chillando y vociferando, hasta el punto de parecer que uno era culpable de aparcar junto a la acera. Convencido, alguien me dijo que en España había llegado antes el dinero para comprar un coche que la educación para conducirlo. Yo creo que tenía razón. ¿Y usted?.-
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