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El fiscal no aprecia voluntad de reinserción en Albarrán, el arrepentido de la heroína

El fiscal se reafirmó ayer en su petición de siete años de prisión para Francisco Javier Albarrán, primer arrepentido de la heroína, juzgado ayer en Valencia por un atraco a un banco. El fiscal no apreció ni la eximente incompleta de toxicomanía ni voluntad de rebiserción del ex drogadicto, que en febrero de 1985 se entregó a la policía y pidió ser curado. La defensa reconoció la participación de Albarrán en aquel hecho y pidió una pena de un mes y un día y el no ingreso en prisión de su defendido. Albarrán declaró que confía en que el tribunal emita una sentencia benigna, que dé solución a decenas de casos similares.Los dos procesados, Patxi Albarrán y Pascual Beltrán, reconocieron ayer ante la Sala Primera de la Audiencia Provincial de Valencia su participación en el atraco perpetrado el 28 de octubre de 1985 contra una sucursal de la Caja de Ahorros de Valencia, acuciados por la necesidad de obtener dinero con qué comprar heroína. Beltrán llevaba una pistola Beretta de nueve milímetros y a la puerta del establecimiento lanzó el consabido grito de "al suelo todos, es un atraco". Allbarrán saltó sobre el mostrador y metió en una bolsa que llevaba consigo las 277.600 pesetas que había en la caja fuerte, abierta en ese momento. Salieron de la sucursal y partieron hacia Madrid, donde se repartieron el botín.

Albarrán cometió después otros atracos, siempre, según él, empujado por la necesidad de obtener droga. De dos se declaró autor en febrero de 1985, cuando se presentó ante la policía, revelé su identidad y pidió ser curado de una adicción a la cocaína y a la heroína que le estaba destruyendo. Apoyado por Juventudes Socialistas (JJSS), algunos de cuyos miembros se pusieron en huelga de hambre, Albarrán consiguió la libertad provisional.

El defensor, José María Merlos, alegó la eximente incompleta de toxicomanía y recordó las especiales circunstancias que concurren en su defendido y solicitó que la pena fuera rebajada en dos grados, pasando de la prisión mayor con que se castiga un robo con intimidación al arresto mayor.

En apoyo de esta petición, el abogado presentó como prueba el testimonio de un policía psicólogo que atiende el caso Albarrán desde hace un año. El testigo aseguró: "Patxi se curará por completo si ningún acontecimiento se lo impide", en clara alusión a su posible ingreso en prisión.

Solución para otros

Terminada la vista, Albarrán manifestó un cierto desánimo por la postura del fiscal y se lamentó de que "las leyes no consideren que un toxicómano es un enfermo". "Un drogadicto que delinque", dijo, "no es un delincuente que se droga". El arrepentido, que se llamó a sí mismo "privilegiado", expresó sus deseos de continuar trabajando en apoyo de los drogadictos que deseen rehabilitarse, y de encontrar un trabajo que le permita normalizar su vida. Albarrán dejó profesión y familia a poco de comenzar a ser heroinómano.Por su parte, Nino Olmeda, miembro de la directiva de JJ SS, afirmó que no van "a permitir que el tratamiento a que está sometido Albarrán se suspenda". Olmeda, que protagonizó la huelga de hambre mencionada, se negó a precisar qué medios emplearía para evitar la suspensión del tratamiento si el procesado fuera condenado a una pena importante.

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