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Amenazas contra un policía que EL PAÍS propuso como testigo en una demanda interpuesta por el inspector Lillo

El inspector del Cuerpo Superior de Policía Juan José Medina explicó ayer al juez que la noche del domingo fue amenazado telefónicamente por una persona que no se identificó. Las amenazas se produjeron pocas horas antes de que acudiera a testificar en la demanda que, por derecho al honor, interpuso el subcomisario Ramón Lillo contra EL PAÍS. Medina, que en su testimonio confirmó la veracidad de la información publicada por este periódico y que fue origen de la demanda, precisó en el momento de su declaración ante el juez que una voz anónima le advirtió que tuviera mucho cuidado con lo que iba a contar al magistrado, pues "las consecuencias administrativas podrían no ser las peores". Estas palabras se hicieron constar en el acta de la declaración de Medina como "amenazas de represalias administrativas y en su persona".El policía Lillo consideró vulnerado su honor por la publicación, en agosto de 1985, de un artículo, en el que se señalaba que una metralleta Ingrain-Marietta, propiedad de la Comisaría de Información española. había sido utilizada por el neofascista italiano Pier Luigi Concutelli para asesinar al juez Occorsio. En la información se señalaba que en las agendas ocupadas a Concutelli, y que fueron remitidas por la policía italiana a la española, figuraba el nombre del subcomisario Lillo.

El policía demandó a Juan Luis Cebrián, director de EL PAÍS, y a Jesús de Polanco, presidente del Consejo de Administración PRISA, empresa editora. La demanda, que pide una indemnización de 10 millones de pesetas para reparar el honor ofendido, no hace referencia al periodista que firmaba la información, Carlos Yárnoz.

El testimonio de Medina fue considerado de gran valor por los abogados de EL PAÍS, ya que en su condición de jefe de uno de los grupos de la Brigada de Interior investigó el contenido de las agendas negras del neofascista italiano Pier Luigi Concutelli, en las que figuraba el nombre del policía demandante, Ramón Lillo, así como su apodo cinematográfico, Ray Nolan. Añadió que el contenido de las dos agendas de Concutelli, condenado en Italia como autor material del asesinato del juez Vittorio Occorsio, ha sido ya publicado en su integridad por varios medios informativos, entre los que figura Diario 16. Lillo no ha ejercido ninguna acción contra los otros medios que también publicaron el contenido de las agendas del terrorista italiano y que mencionaron también su nombre.

El policía reconoció la lista de nombres aportada al sumario como una fotocopia de la reproducción mecanografiada de las agendas del terrorista italiano.

Continúa en activo

También declaró como testigo el periodista de Diario 16 Melchor Miralles, que como experto en las actividades de los neofascistas italianos en España ha publicado diversos artículos sobre las agendas de Concutelli. Miralles afirmó que ha manejado, en Italia y en España, las agendas negras de Concutelli, y ha dialogado sobre ellas con magistrados, abogados y policías italianos. Aseguró que en las mismas consta el nombre de Ramón Lillo, su apodo artístico, Ray Nolan, y la dirección y teléfonos de una compañía cinematográfica con la que trabajaba en 1976.Miralles dijo que los magistrados italianos le habían preguntado, durante una viaje suyo a Florencia si Lillo continuaba como policía en activo en España.

Para ayer estaban previstas las confesiones judiciales de Polanco y Cebrián, que se hallan de viaje. Han sido citados para el próximo 2 de abril.

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