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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Réplica del Opus Dei

Tras la lectura de su editorial del pasado domingo, le envío las siguientes consideraciones, que serán de utilidad para sus lectores.Ante todo, una precisión capital: monseñor Álvaro del Portillo jamás ha argumentado que el secreto favorezca la actuación del Opus Dei en los países comunistas, sencillamente porque no hay secreto alguno. Es pura invención atribuir esa frase al prelado del Opus Dei. Aún más: cuando ha tenido que viajar a algún país comunista, lo ha hecho vestido de sacerdote, después de solicitar el visado diciendo explícitamente que estaba al frente del Opus Dei. Algo semejante sucede con las palabras atribuidas por el editorialista a Pablo VI: más bien parecen fruto de la imaginación.

El Opus Dei es conocido en todo el mundo como una realidad eclesial de carácter espiritual y apostólico, que ha contado y cuenta con la plenitud de reconocimiento por parte de la jerarquía eclesiástica y de los sucesivos pontífices: Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II. Todos los obispos de las diócesis en las que trabajan poseen el texto completo de los estatutos dados por la Santa Sede. Sus directores son públicamente conocidos. El Opus Dei actúa siempre, en fin, dentro del marco de la legalidad civil.

Los 73.000 miembros del Opus Dei tienen como fin difundir en todo el mundo la llamada universal a la santidad a través de su trabajo profesional, que desempeñan a la luz pública, como cualquier otro ciudadano, y siempre como ciudadanos cristianos coherentes con su fe. Lógicamente, dentro de esos trabajos, no se excluyen los relacionados con la acción política, a los que -como sucede de hecho en la sociedad- sólo se dedican contadas personas. Sin embargo, algún lector menos informado podría pensar que porque unos pocos miembros del Opus Dei hayan participado en la vida pública española en el franquismo o en la democracia, los 73.000 miembros de la prelatura, esparcidos por todo, el mundo, tienen como fin ese objetivo. Evidentemente, no es así.

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Nuestra historia reciente ofrece el ejemplo de políticos en los que resulta tan notoria su pertenencia al Opus Dei como su disparidad en materia política: unos fueron ministros en el franquismo, otros contribuyeron decisivamente a superarlo, alguno fue ministro con la democracia. Y no han negado nunca que fuesen del Opus Dei; al contrario, lo han declarado públicamente en numerosas ocasiones, tanto a la Prensa española como a la extranjera.

Los laicos del Opus Dei que actúan en política, lo hacen a la luz del sol, formando parte de los grupos o partidos que concuerdan con sus ideas, porque les da la gana y en uso de su propia personal libertad.-

Director de la oficina de información del Opus Dei.

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