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Los nacionalistas marroquies endurecen sus críticas tras el "asesinato" de Melilla

La muerte del marroquí Abdelkader Baguhuri por un policía nacional el viernes último en Melilla ha quebrado el clima de serenidad y el lenguaje de moderación iniciado hace justamente dos semanas por los dos marroquíes sobre el contencioso de Ceuta y Melilla, tras la visita "de buena voluntad" efectuada a Marraquech recientemente por el rey Juan Carlos para asistir a los actos del 25º aniversario de la fiesta del trono.

El Istiqlal (41 escaños) calificaba ayer la muerte de Baguhuri como un crimen odioso", y los comunistas (dos escaños) anunciaban, a través de su periódico, Al Bayane, que en Melilla "había sido asesinado fríamente un marroquí".Por dos días consecutivos, el diario L'Opinion, portavoz en lengua francesa del Istiqlal, viene llevando a su primera página la muerte de Baguhuri, el lunes pidiendo el esclarecimiento del caso y ya ayer con un editorial de extrema dureza, titulado Crimen odioso y firmado por el director de la publicación, Mohamed Idrissi Kaituni. "Este crimen odioso", indicaba L'Opinion, "se inscribe en el marco de las medidas de represión y arbitrariedad de las que son víctimas las poblaciones marroquíes de Ceuta y Melilla".

Para el Istiqlal, partido que dirige el ex ministro de Exteriores Mohamed Bucetta, la muerte de Baguhuri por un policía nacional de servicio ha creado "consternación e indignación" en Marruecos, y culpa de todo ello a la nueva ley de Extranjería española que, a juicio de esta formación política, "ha reavivado el espíritu de la xenofobia y ha desenterrado las prácticas racistas y las guerras de religión de la Edad Media", al tiempo que pide un castigo para el culpable.

La Prensa gubernamental marroquí, concretamente los periódicos Al Anbaa, Le Matin du Sahara y Maroc Soir, se han limitado de momento a recoger en informaciones destacadas, las manifestaciones de protesta desatadas en Melilla por la muerte del marroquí, cifrando en 2.000 el número de musulmanes que se ha echado a la calle para pronunciarse públicamente contra la actuación del policía autor de los disparos mortales.

Salvo aisladas excepciones, es la Prensa gubernamental la única que sigue fiel al lenguaje de moderación que mantiene tanto la corona como el ejecutivo de Rabat sobre el contencioso de Ceuta y Melilla, que se considera aquí un problema nacional y cuya reivindicación forma parte de los programas políticos de todos los partidos, sin excepción. Esta Prensa sigue la línea apuntada el pasado 7 de marzo por el rey Hassan II en conferencia de prensa y que, según explicó el propio monarca alauí, se puede resumir en los siguientes tres puntos: ambos reyes hablaron en Marraquech con serenidad sobre el futuro de ambas ciudades; España, cuando recupere Gibraltar, no podrá mantener su presencia en las dos orillas del Estrecho, y cualquier decisión que se tome desde Rabat hay que adoptarla sin nervios".

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