Saga de 'etarras'
El supuesto etarra Ángel María Galarraga Mendizábal, alias Pototo, de 31 años, que murió el viernes por la noche en el paseo de Miraconcha de San Sebastián, tras efectuar dos; disparos mortales contra un policía nacional, pertenecía a una familia de Zaldivia (Guipúzcoa). A su hermano mayor, Juan Manuel, alias Potxo1o y Zaldivi, de 39 años, se le acusó de ser el principal responsable del atentado de la calle Correo en Madrid, en septiembre de 1974 La policía considera a ambos corno unos históricos dentro de la estructura de ETA Militar.La ficha policial de Angel María le considera "encuadrado en el Comité Ejecutivo" de ETA Militar, "siendo su campo de actuaciones la provincia de Guipúzcoa" En abril de 1976 participó en la fuga de la cárcel de Segovia y en agosto de ese mismo año recibió un cursillo de terrorismo en la Escuela Oficial de Policía de la localidad argelina de Souma.
El 25 de septiembre, según la ficha policial, intervino en el atentado realizado en el mercado de Atocha de San Sebastián, donde perdieron la vida dos guardias civiles. El 5 de diciembre de ese año participó en el atentado del bar Urgull de San Sebastián donde murieron un comisario, un subcomisario y un policía nacional. En marzo de 1979, España solicitó infructuosamente a Francia su extradición. Fuentes del Gobierno civil de Guipúzcoa consideran que tanto Pototo como el otro supuesto terrorista que le acompañaba en el automóvil Visa formaban parte del típico comando terrorista que cruza la frontera, perpreta una serie de atentados y vuelve a Francia. Su acompañante de la noche del jueves se escapó por los jardines que separan el paseo de la playa de la Concha.
En su huida abandonó un jersey color gris claro, una cazadora de igual color y tono más oscuro además de una Browning y su cargador Reno. El compañero de Ángel María desapareció en el barrio de Ondarreta. La policía encontró también en los jardines unas llaves de un Renault-9, situado a unos diez metros del Citroën Visa que contenía la Goma 2.
El R-9, según la policía, permitiría a los supuestos terroristas retirarse a unos cientos de metros y accionar mediante un receptor y emisor de radiocontrol (con mando a distancia) el automóvil Citroën cargado de explosivos, cuando éste se encontrara siendo desactivado por los miembros de los Cuerpos de Seguridad, previamente avisados por una llamada anónima.
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