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Un segundo sumario por falsedad agrava la situación de Kohl

La Fiscalía de la ciudad de Bonn anunció ayer la apertura de un nuevo sumario contra el canciller federal, Helmut Kohl, por supuesta falsedad de testimonio ante una comisión parlamentaria. El presidente del Parlamento federal, Phillip Jenninger, ha sido ya informado, y de no ratificar expresamente en las próximas 48 horas la inmunidad del canciller por su condición de parlamentario, la Fiscalía comenzará sus investigaciones.

Con la apertura de este sumario son ya dos los procedimientos judiciales en curso contra el canciller por supuesto falso testimonio ante dos comisiones parlamentarias distintas, ambas dedicadas a la investigación de subvenciones ilegales a partidos políticos, corrupción y evasión fiscal en relación con el consorcio Flick. El pasado mes la Fiscalía de la ciudad de Coblenza abrió un sumario contra Kohl, de 55 años de edad, por supuesta ocultación de la verdad ante la comisión del Parlamento de Maguncia, capital del Estado de Renania-Palatinado, cuyo Gobierno dirigió Kohl de 1969 a 1976.Los sumarios han sido motivados por dos denuncias contra Kohl presentadas el pasado 29 de enero en Bonn y Coblenza por el diputado del Partido de los Verdes, Otto Schily, uno de los más destacados protagonistas en la comisión Flick del Parlamento federal. Según la denuncia de Schily en Coblenza, el canciller mintió al asegurar ante la comisión del Parlemento de Renania-Palitanado que, durante su época de jefe del Gobierno de este Estado, no había tenido conocimiento de las actividades de la Asociación Ciudadana (STV). Esta institución, supuestamente benéfica, transfería dinero ilegalmente de la industria a los partidos políticos.

En Bonn, la denuncia del diputado verde reviste aún mayor gravedad para el canciller, ya que se le acusa de mentir al negar haber recibido dos pagos del consorcio Flick por un valor de 55.000 marcos (casi 3 millones y medio de pesetas). Según Schily, el dinero fue recogido por la secretaria y mano derecha de Kohl, Juliane Weber, entre 1977 y 1978, y no figura como ingresado en la caja del partido de canciller, la Unión Cristianademócrata (CDU).

El canciller, que recibió la noticia de la apertura del nuevo sumario en una reunión del grupo parlamentario de su partido, se retiró de inmediato para estudiar la nueva situación con el jefe de la Cancillería, Wolfgang Schaeuble, y el asesor jurídico del partido, Paul Mikat. Después, Kohl declaró que el nuevo sumario no le había sorprendido y que esperaba que la investigación se llevara a cabo con rapidez.

El portavoz del Gobierno, Friedhelm Ost, insistió en sus acusaciones contra Schily por el supuesto carácter político de las denuncias contra Kohl. El Gobierno sostiene, desde la apertura de¡ primer sumario, en Coblenza, que la iniciativa de Schily es el comienzo de una campaña de calumnias contra el canciller ante las elecciones de enero de 1987.

El nuevo sumario agrava aún más la posición de Kohl como canciller y candidato de su partido en las próximas elecciones generales. Cuando la Fiscalía de Coblenza abrió sus investigaciones el mes pasado, surgieron las primeras especulaciones sobre la posibilidad de que la Unión Cristianodemócrata llegue a considerar a Kohl una carga y se plantee su sustitución para evitar la derrota ante una posible alianza de social demócratas (SPD) y verdes. Las elecciones municicpales de la pasada semana en Schleswig-Holstein, donde la CDU perdió casi seis puntos y socialdemócratas y verdes subieron espectacularmente, han producido alarma en Bonn.

En caso de ser procesado en cualquiera de los dos sumarios, Kohl se vería irremediablemente obligado a dimitir, como subrayan todos los observadores en Bonn. Tras haber obligado a cesar a su ministro de Economía, el conde Otto Lambsdorff, por estar procesado en un caso de corrupción, se considera imposible que Kohl pudiera seguir a la cabeza del Gobierno.

Ayer se intensificaron las especulaciones sobre la posibilidad de un relevo de canciller, para cuyo puesto como candidato en las próximas elecciones se barajan los nombres del actual ministro de Hacienda, Gerhardt Stoltenberg, y del jefe del Gobierno de Baden-Wurttemberg, Lothar Spaeth.

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