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Fraude en la venta de pollos en la región madrileña

La Dirección General de Consumo de la Comunidad de Madrid ha observado que la venta de pollos en la región madrileña incurre en fraude de calidad en un alto porcentaje y que las aves presentan frecuentemente un exceso bacteriano sobre las recomendaciones sanitarias del Centro Nacional de Alimentación y Nutrición de Majadahonda (Madrid). Una investigación en establecimientos mayoristas y minoristas indica irregularidades en el 30% de las muestras tomadas, entre ellas venta de aires de la categoría B al precio de la categoría A. No se incoarán sanciones, según dicha dirección general.

La Dirección General de Consumo de la Comunidad de Madrid hizo público el pasado martes el resultado de un muestreo realizado durante los pasados meses de octubre y noviembre en un centenar de establecimientos minoristas y almacenes mayoristas de distribución de pollos, en una primera fase, así como en dos salas mayoristas de despiece, en una segunda fase.En el 30% de las muestras tomadas la calidad que se ofrece no se corresponde con la categoría de los pollos ofertados. En otros casos éstos no ofrecen garantías de calidad, precisa el informe.

Pese a tales datos, "no se incoarán expedientes de sanción, aunque se comunicará a las asociaciones del sector que se corrijan las anomalías, ya que el muestreo no ha tenido carácter de inspección, sino de conocimiento de la situación en el sector", dice el director general, Carlos Arnáiz.

Arnáiz explica que la toma de muestras no se ha efectuado en la forma estricta de un trabajo de inspección propiamente dicho, sino como una aproximación al conocimiento de la situación general de un mercado de alto índice de consumo. España es el segundo país consumidor de carne de pollo, con 22 kilos por habitante y año -tres menos que en Estados Unidos-, según datos del Gobierno regional madrileño.

El muestreo se ha hecho de forma "aleatoria y estratificada", según el informe oficial, y se han analizado 76 muestras útiles -15 de mayoristas y el resto de minoristas- en el Centro de Investigación y Control de la Calidad, el Laboratorio Agrario del Estado, en Madrid, y el Laboratorio Municipal de Getafe (Madrid). "Hemos visto que. hay anomalías y daremos un margen de confianza para que se corrijan, pero las siguientes campañas inspectoras promoverán expedientes de sanción de las infracciones que se encuentren", indica Arnáiz.

Exceso bacteriano

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Los resultados obtenidos en el citado muestreo reflejan "casos en que el nivel bacteriano de los pollos excede las recomendaciones del Centro Nacional de Alimentación y Nutrición (CENAM), de Majadahonda, en mayor porcentaje en muestras de establecimientos minoristas que de mayoristas, si bien esto no quiere decir que la carne fuera peligrosa para la salud". Arnáiz explica que dichas recomendaciones no son obligatorias ni hay fijados niveles de insalubridad en la reglamentación técnico-sanitaria de 1985 que rige el sector de aves.Esta reglamentación establece dos categorías de pollos, la A y la B. La investigación realizada por los servicios de Consumo del Gobierno autónomo madrileño señala que en el mercado no se oferta la categoría B, sino exclusivamente la categoría A. El muestreo practicado revela que en un 30% de los establecimientos indagados dichos pollos corresponden en realidad a la categoría B, aun que se venden al precio de la A.

El muestreo señala asimismo que, ante la sospecha de que los pollos estuvieran tratados con antibióticos, se efectuaron pruebas y se determinó la presencia de tetraciclina, penicilia y cloranfenicol en el riñón de las canales y en muestras de higaditos tomadas al mismo tiempo y en los mismos establecimientos que las de los pollos.

Sin embargo, y pese a aquellos signos de presencia, no se han advertido residuos de antibiéticos en ninguna de las muestras, según precisa el informe.

El mercado de pollos rige sus precios por las tarifas que establecen semanalmente unas juntas cuya última regulación data de 1979 y de las cuales hay cuatro en territorio del Estado, según fuentes informativas del Ayuntamiento de Madrid: en Madrid, Reus (Tarragona), Zaragoza y Medina del Campo (Valladolid).

Los productores y comerciantes de este sector comercial no han respondido públicamente a la información difundida por dicha dirección general sobre las anomalías advertidas en este mercado madrileño.

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