La actitud de Fraga
Tengo 70 años y bastante buena memoria, por lo que recuerdo desde el desembarco de Alhucemas a la muerte de Franco. Aun no comulgando con la política dictatorial y retrógada de éste, vi en Fraga, ministro de su régimen, virtudes de valor y patriotismo donde la mayoría de nuestros compatriotas -que desgraciadamente tienen el lastre nacional de una supervaloración del rídiculo- no supieron apreciarlo. Creo que impulsó nuestro turismo a un grado que todos debemos agradecer y recuperó, con este motivo, muchos monumentos artísticos. Pensaba yo entonces: ¡Qué pena de hombre, en otro sistema político cuánto podría hacer! Y temía, incluso, que cualquier día le hundieran por un capricho senil del déspota.No ha sido así, pero Fraga ha vivido al parecer demasiados años en contacto con modos de hacer equívocos, y ahora, su ambición le lleva a intentar coronar su carrera, y me parece que le ha dejado de importar incluso la ética patriótica, hasta el punto de llegar a su postura de ahora: querer hundir al Gobierno como sea, con vista a provocar unas elecciones que cree le serán propicias.
Que Fraga medite sobre que nuestras acciones sabemos cómo empiezan pero no cómo acaban. Siéntase español antes que político y combata al socialismo con nobleza, no con bajonazos de mala ley.-
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