El 14% de las víctimas del SIDA en Estados Unidos es de origen hispano
El 14% de los norteamericanos víctimas del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es de habla hispana, según el centro de Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta (Georgia), el organismo sanitario oficial que desarrolla el programa SIDA en Estados Unidos y que, trimestralmente, hace públicos los datos que confirman que para este país esta enfermedad es ya un problema social global que afecta a individuos de ambos sexos, de todas las edades y en todos los Estados, no sólo a los núcleos homosexuales de California o Nueva York. El pasado 10 de febrero la cifra total de estadounidenses contagiados era de 17.361, de los que el 52% (9.112) ya ha fallecido.Especialistas en el diagnóstico y tratamiento del SIDA han declarado: "El porcentaje de hispanos con la enfermedad es muy alto si tenemos en cuenta que el porcentaje de población hispana en este país es del 6,4%"'. Los hispanos son el tercer colectivo con problemas de SIDA en los Estados Unidos, después de los blancos no hispanos (60%) y los negros no hispanos (24%). El 2% restante se reparte entre otros coledivos. La mayor parte de los hispanos afectados por la enfermedad (2.454) vive en la zona sur de Los Ángeles y en sólo 48 casos las víctimas son menores de 13 años.
"El problema de los hispanos ante la enfermedad es doble", comenta Santos Torres, un puertorriqueño que trabaja en un centro de ayuda a afectados por el síndrome en el barrio de West Hollywood, la zona de Los Ángeles donde vive la mayor parte de la comunidad homosexual de California, además de en la ciudad de San Francisco.
Torres afirma: "El idioma y la cultura dificultan nuestra labor en las esferas hispanas y, por lo tanto, el peligro de adquirir la enfermedad es mayor que en otras comunidades étnicas".
Hasta ahora los folletos que se han editado en castellano sobre el SIDA han sido insuficientes para cubrir las necesidades reales del colectivo homosexual hispano, cuyos afectados, en muchos casos, desconocen el inglés y, en consecuencia, no tienen acceso a los consejos y las recomendaciones sanitarias que se hacen a través de los medios de comunicación y en los centros sanitarios.
"La homosexualidad se considera un tabú en la sociedad hispana y eso nos hace muy difícil poder realizar una labor de prevención e información, ya que en este sector nuestra labor debe dirigirse a la familia, a los padres, concretamente, que, en muchos casos, no quieren reconocer ni saber que sus hijos son homosexuales o drogadictos", declara Torres, que explica también: "Nuestros esfuerzos se enfocan hacia los puntos sensibles de cada grupo étnico, teniendo muy en cuenta los valores de las distintas culturas y los tabúes de cada sector; de ahí, nuestras dificultades con los hispanos".
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