La OTAN considera que la aportación más valiosa de España sería la mejora de su propia autodefensa
Técnicos militares españoles de la Dirección General de Política de Defensa que participan habitualmente en los grupos de trabajo de la OTAN aseguran que, al hablar de la aportación de España a la Alianza, la única deducción clara es que el bloque occidental pide que las Fuerzas Armadas españolas alcancen el nivel adecuado para defender por sí mismas todo el territorio nacional. Los mismos técnicos admiten que en esas reuniones también se ha hablado de asignar, en caso de conflicto, alguna unidad española -un ala de cazas, la División Acorazada, la Brigada Paracaidista o una división de montaña- al potencial de la OTAN, pero niegan que la Alianza haya planteado jamás la posibilidad de construir una base militar de la Alianza en territorio español.
Desde el punto de vista geoestratégico, una gran aportación española a la Alianza es el propio territorio, desde el que puede dominarse la parte occidental del Mediterráneo y, sobre todo, el Estrecho de Gibraltar, único paso natural entre el Mediterráneo y el Atlántico. Los dos pequeños enclaves de Ceuta y Melilla convierten hoy a España en el único país que controla los dos lados de acceso al estrecho. Desde las islas Canarias, además, se controlan rutas marítimas vitales por las que pasa el 60% del tráfico marítimo mundial. Como enclave europeo adelantado en el Atlántico, el archipiélago es el punto de mayor interés estratégico para la OTAN.Desde este punto de vista puramente territorial, España aporta a la Alianza 504.783 kilómetros cuadrados, extensión sólo superada -al margen de EE UU y Canadá- por otros dos países miembros de la OTAN: Turquía, con una extensión de 780.576 kilómetros cuadrados, y Francia, con 547.026. La aportación española puramente militar, sin embargo, no parece interesar apenas a los mandos de la Alianza, en un momento en el que los ejércitos españoles no son equiparables técnicamente a los del resto de Europa.
En 1983, el entonces secretario general de Política de Defensa, general Andrés Munilla, escribía: "Creo sinceramente que lo que más busca la OTAN en nosotros es nuestra posición, que le daría una auténtica continuidad. Opino que la OTAN no puede considerarse completa sin la inclusión de España de pleno derecho". Y añadía que el interés de la OTAN por España estaba basado en libre acceso de los miembros de la OTAN a las bases españolas; utilización de los campos de tiro en España; despliegue aéreo y de misiles en caso de conflicto; posibilidad de convertir la península en la gran base logística; apoyos desde la España peninsular para el control marítimo; seguir utilizando Gibraltar aunque pase a manos españolas; y utilización de la península como posible base de reacción.
Munilla precisaba que la participación española en todos los niveles de la Alianza supondría: potenciación del flanco Sur de la Alianza; utilización inmediata de la red española de alerta y control; mejor vigilancia dé la flota soviética; potenciar el control de las rutas oceánicas empleadas para suministros energéticos a Europa.
La DAC, a Italia.
Pero, además de estos principios generales, en la OTAN se habla desde el mismo momento de la integración española, y con independencia de su participación en la estructura militar de la Alianza, de la asignación de unidades españolas a hipotéticos frentes europeos que podrían crearse en caso de conflicto generalizado.
En el caso del Ejército de Tierra, las fuentes militares consultadas admiten que mandos de la OTAN han planteado, por ejemplo, el traslado de una división acorazada -siempre se cita la División Acorazada Brunete número 1 (DAC), con una brigada en Madrid y otra en Badajoz- al norte de Italia. Si hoy tuviera que hacerse ese tralado por vía férrea, se tardarían 4 o 6 días gn conseguirlo, sobre todo por los distintos anchos de vía existentes entre España y el resto de Europa. Por barco, el tiempo de traslado sería 20 horas desde Barcelona y 35 horas desde Valencia.
Igualmente, mandos militares de la Alianza especulan con la posibilidad de que, siempre en caso de crisis, también se trasladase al norte de Italia, a los Alpes, una de las dos divisiones de montaña desplegadas por los Pirineos. Concretamente, se habla de la Brigada de Alta Montaña con sede en Jaca (Huesca), integrada en la División de Montaña Navarra 6. Esta brigada será dotada próximamente de helicópteros para su traslado ytransporte de material, en lugar de los mulos que todavía hoy emplea.
En Bruselas, se ha tratado, asimismo, la posible utilización de alguna brigada transportada por avión -la Paracaidista, con sede en Alcalá de Henares (Madrid) o la Aerotransportable, con base en La Coruña- como unidades bombero de la OTAN, dispuestas, en caso necesario, para ser llevadas a cualquier hipotético frente, como parte del ACE Mobil Force Land (AMF-L o Fuerza Móvil Terrestre del Mando Aliado Europeo).
Finalmente, el valor de la Guardia Civil para la OTAN estriba más en su capacidad de mantener el control interior en caso de crisis que en su aportación potencial a la Alianza. Cabe recordar que las zonas territoriales de la Guardia Civil son las mismas que las del Ejército, de acuerdo con la reestructuración realizada en 1984.
Con respecto a estos hipotéticos empleos del Ejército por la OTAN, también cabe señalar que los mandos militares españoles de Tierra muestran un gran recelo a participar en misiones que no sean la defensa exclusiva del territorio nacional, según aseguran fuentes oficiales del Ministerio de Defensa. El Ejército es el que menos participa en maniobras o ejercicios con otros ejércitos europeos, y el que tiene un material menos homologable, por su baja tecnología, con el empleado hoy en Europa.
Escaso interés aéreo
En cuanto a la supuesta aportación del Ejército del Aire, los mandos de la Alianza, siempre según las fuentes militares españolas consultadas, estiman que el potencial aéreo español actual ni siquiera es suficiente y adecuado para la defensa del territorio propio. Estiman, por ejemplo, que sólo algunos aviones Phantom y F-5 -de corto radio de acción y fácil detección- podrían servir servir a la OTAN para labores de reconocimiento, especialmente en la zona del Estrecho.
En esta labor de control marítimo, los mandos de la OTAN creen que pueden desarrollar un buen papel los seis aviones P-3 Orion de reconocimiento con base en Jerez de la Frontera (Cádiz), pero también entienden que su número es escaso. Hoy, el control marítimo en la zona de interés para España lo hacen sobre todo EE UU y el Reino Unido, pero en la OTAN se comenta que ese control no es suficiente.
Otra aportación del Ejército del Aire a la OTAN es el previsto enlace de la red de alerta y control española, denominada SADA, con la red de alerta de la OTAN.
La utilización de polígonos de tiro como el de Cabañeros (Ciudad Real) y el empleo de aerodromos de retaguardia o de base para aviones de reabastecimiento en vuelo -en España hay 30 aerodromos- son otras aportaciones citadas en Bruselas por mandos militares de la OTAN.
Ya con la llegada, a partir de junio próximo, de algunos cazas F-18 -Canadá también tendrá ese tipo de aviones en Europa-España podría contribuir con uno o dos escuadrones a la V Fuerza Aérea Táctica Aliada (V ATAF), bien desde el norte de Italia o bien desde las llamadas bases operacionales dispersas, extremo que también ha sido planteado en las reuniones técnicas de la Alianza.
La caza del submarino
Con respecto a la Armada, las aportaciones de las que se ha tratado en Bruselas son, siempre en caso de conflicto, las siguientes: empleo de unidades españolas para reforzar la protección de refuerzos enviados por mar desde EE UU; colaboración con EE UU y Francia en el control Mediterráneo; utilización de los submarinos españoles para detectar submarinos soviéticos en el Estrecho; protección del tráfico con Canarias; empleo de las bases españolas por unidades de la OTAN; realización de labores de reconocimiento en zonas de interés para la OTAN.
La principal misión de la que se habla en Bruselas para la Armada consiste en el uso de unidades españolas, junto con otras de países miembros de la Alianza, en el control y seguimiento de los submarinos soviéticos que, una vez pasado el Estrecho de Gibraltar, podrían atacar los convoyes procedentes de Norteamérica o incluso territorio estadounidense.
Estas valoraciones realizadas desde Bruselas por militares no españoles no difieren de otras estimaciones efectuadas por especialistas nacionales. Así, el coronel Luis Alonso Cubells, actual jefe de la base aérea de Gando (Gran Canaria), en un artículo publicado por la Revista Aeronáutica y Astronáutica del Ejército del Aire, dice que la aportación a la OTAN de los ejércitos españoles puede ser la siguiente:
En el caso de Tierra, la asignación de un batallón de Infantería Aerotransportable o Paracaidista a la AMF-L, cuyo transporte correspondería a la USAF (fuerza aérea estadounidense); el empleo de la DAC como "unidad marcada para asignación en caso de movilización"; la asignación de un batallón de Infantería de Montaña en el flanco meridional.
En cuanto al Ejército del Aire, el coronel fija las siguientes las siguientes aportaciones: la conexión SADA-NADGE (redes de alerta); la asignación de un escuadrón a la Fuerza Aérea Móvil Aliada (AMF-A) en concepto de marcada para su posible empleo en caso necesario; designación de un escuadrón al mando de las Fuerzas Aliadas del Sur de Europa; labores de reconocimiento aéreo y de control del tráfico marítimo; lucha antisubmarina en coordinación con otras fuerzas.
Con respecto a la Armada, Alonso Cubells dice que su papel podría ser: el control en la zona de responsabilidad española; el rastreo de minas en puertos españoles; la escolta de convoyes y protección del tráfico marítimo; la lucha antisubmarina en nuestra zona de responsabilidad; la asignación de un destructor o fragata a la Fuerza Naval Permanente del Atlántico; la asignación de un destructor o fragata, a la Fuerza Aliada de Empleo Inmediato en el Mediterráneo. Ni desde la OTAN ni desde el punto de vista español, nunca se ha planteado la posibilidad de que se construya una base naval o aeronaval de la Alianza en la península.
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