Estrépito y gasto del referéndum
Ha ocurrido una confusión (no es la primera en nuestra familia desde que elegí la misma profesión que mi padre) que parece ser ha provocado más ruido del deseado. Personalmente mis posiciones en la cuestión de la Alianza Atlántica son contrarias a la permanencia, noviazgo o como quiera llamarse. Nunca he ocultado, más bien siempre "he publicado", lo peligroso, engañoso y tramposo que me parece el pertenecer a un bloque armado. Nunca he tenido sensación de tener enemigos y no veo la razón de que nos los impongan porque sí. No veo el peligro que puede significar para mí el comunismo (se supone que es de lo que se defiende Occidente de la OTAN) sino más bien me parece que quien saldría mal parado es este sistema político y de vida en cuanto tuviera que luchar contra una cultura moderna occidental (rock, comics, cine, etcétera). Siempre he pensado que quien tiene un arma acepta usarla contra alguien, y para mí es inaceptable igualar cualquier bien,- material o espiritual con una vida humana, y en todo caso es cada individuo quien tiene que decidirlo y no un Estado, ideología dominante, religión, etcétera, (por demás los españoles cuando han decidido defenderse de ataques foráneos cuando mejor les ha salido fue espontáneamente, "sin razones de Estado"). Se pueden enumerar múltiples razones más (de conciencia o razonados) de mi convencimiento en contra de la permanencia.De todas formas que quede constancia, al final del siglo XX las dialécticas y enfrentamientos entre ideologías caducas, sistemas que se ahogan en sí mismos, al filo de una revolución tecnológica que está cambiando no sólo los sistemas de vida sino también de entendimiento, me parece ridículo que unas generaciones (a las que les queda poco, y perdonen) quieran hipotecar el futuro de otras generaciones nuevas a las que nos toca las narices sus frustraciones y fantasmas del pasado. Además que se explique quién es el "enemigo". por que parece que los argumentos para mantenernos son más bien amenazas en caso de salir.
De todas formas la postura de mi padre no la conozco pero sí se que nunca, y tampoco en este caso, ha querido pronunciarse colectiva y públicamente y por desgracia le han confundido conmigo en este caso concreto en que yo sí quiero luchar- José Luis García-Berlanga Manrique.
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