Atribuciones

Me dirijo a usted con la esperanza de que publique esta carta, ya que me siento en la necesidad, como ciudadano, de explicar a los españoles que no todos los ingenieros superiores están en contra de la ley de Atribuciones Profesionales, actualmente en debate.Me siento avergonzado de la actitud de algunos de mis compañeros, que han tomado a despecho, como si de un insulto se tratara, el hecho de que a nuestros colegas los ingenieros técnicos se les reconozca capacidad legal para proyectar y diseñar dentro del campo de su especialidad. Reconocimiento que, a mi entender, es justo, ya que tres años de estudios universitarios, seguidos de un proyecto fin de carrera, son más que suficientes para ello, y así lo demuestra el prestigio de muchos ingenieros europeos y norteamericanos con estos mismos años de estudios.

Pero creo que no solamente es un hecho justo, sino que lo considero necesario, y pienso que est ley hará un bien al país, a través de un más correcto desarrollo de la profesión. ¿Podemos entender que actualmente en España tengamos más ingenieros superiores que ingenieros técnicos? Es justo que numerosos proyectos realizados por estos últimos tengan que ser firma dos por los primeros, que en ocasiones sólo toman contacto con lo mismos en el momento de la firma? ¿No sería más lógico que únicamente los proyectos de mayor envergadura tuvieran que ser firmados por los ingenieros superiores, dejando los más comunes a todo el colectivo profesional?

He sido testigo de cómo en la universidad Politécnica de Madrid se alarmaba a los alumnos de una escuela superior con la amenaza de que los ingenieros técnicos les iban a quitar los escasos puestos de trabajo hoy existentes, y cuya consecuencia lógica ha sido la huelga indefinida del alumnado.

Tal actitud es, a mi juicio, ruin, irresponsable y, lo que es más grave, un error profesional. Ruin, porque se quiere impedir el demostrar que un ingeniero técnico pueda ser en muchos aspectos tan competente, o más, que un superior, teniendo miedo a que salga adelante el de más valía y no el de más título, no perdiendo por ello los ingenieros superiores ninguna atribución.

Irresponsable, ya que los colegios profesionales, motores de la actitud del alumnado, se deberían de preocupar más de que en las escuelas superiores se impartieran enseñanzas más actuales, y por los mejores profesionales, en lugar de fomentar la ausencia de actividad académica e inhibirse ante la situación y nivel de gran parte del profesorado.

Y es un error, ya que si su objetivo es conseguir trabajo para los ingenieros superiores, oponiéndose a la ley pierden la oportunidad de presentarse, ellos también, a las plazas de la Administración para ingenieros técnicos, que si demuestran estar mejor preparados, sin duda obtendrán con mayor facilidad.

En un primer ciclo de enseñanzas técnicas se obtiene un título que capacita para ejercer la profesión y acceder al segundo ciclo, a cuyo término se obtiene el diploma de ingeniero técnico superior. Finalmente, el tercer ciclo corresponde a la obtención del título de doctor.

De esta forma, la sociedad se evitará el esfuerzo inútil de crear técnicos con una gran preparación, pero frustrados al tener que realizar tareas elementales, se humanizarán las actuales carreras técnicas y se superará el actual corporativismo clasista que los colegios profesionales mantienen.- Profesor titular de universidad (UPM). Doctor ingeniero de Montes. .