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García-Mon y Jesús Leguina seran elegidos por el Parlamento magistrados del Tribunal Constitucional

El Parlamento completará esta semana la renovación de la mitad del Tribunal Constitucional mediante la elección por el Senado y el Congreso de los dos magistrados que sustituirán, respectivamente, a Manuel García Pelayo y Manuel Díez de Velasco, ambos dimisionarios. A falta de ultimar la negociación parlamentaria, los candidatos más probables eran ayer el catedrático de Derecho Administrativo Jesús Leguina, que cuenta con el apoyo del PSOE y del PNV, y el abogado Fernando García-Mon. Tras la renovación de la mitad del alto tribunal, sus 12 miembros elegirán de entre ellos al nuevo presidente, cargo al que, salvo sorpresas, tiene las máximas probabilidades de tener acceso Francisco Tomás y Valiente.

El Congreso y el Senado introducirán en el orden del día de las respectivas sesiones plenarias que comienzan hoy la elección de sendos magistrados del Tribunal Constitucional. Del éxito que alcance la negociación parlamentaria que ayer se estaba ultimando dependerá que la elección pueda realizarse hoy mismo o en los próximos días. En la mañana de ayer se daba como seguro que Leguina sería elegido por el Senado, pero por la tarde, ante las dificultades para negociar el otro magistrado, se optó por cambiar este candidato al Congreso, en donde se cuenta con el apoyo del PNV.Fuentes del Grupo Socialista señalaron ayer que el abogado Fernando García-Mon será elegido por el Pleno del Senado, según informa Europa Press. García-Mon perteneció al anterior Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), presidido por Carlos Sainz de Robles.En las últimas semanas el CGPJ y el Gobierno designaron cada uno de ellos dos magistrados, en sustitución de los dos designados en su día por el anterior CGPG y por el Gobierno centrista, según el sorteo realizado en cumplimiento del sistema de renovación establecido en la Constitución.

Fuentes conservadoras resaltaron la afinidad al PSOE que concurre en la mayoría de los nuevos magistrados resultantes de la renovación que concluye esta semana. Fuentes socialistas consultadas sobre este particular señalaron, por su parte, que todos los magistrados cumplen, como los relevados, el requisito constitucional de ser "juristas de reconocida competencia con más de 15 años de ejercicio profesional". Reconocieron que la nueva composición del alto tribunal sintoniza más que la anterior con la mayoría social manifestada en las elecciones de octubre de 1982, "aunque", puntualizaron, "con más de tres años de retraso".En cuanto a Carlos de la Vega y Eugenio Díaz Eimil, elegidos por el CGPJ, fuentes del actual órgano de gobierno del poder judicial manifestaron: "Ambos proceden, como los dos relevados, del Tribunal Supremo, pero, mientras que los sustituidos representaban mejor quizás a la mayoría de los aproximadamente 1.800 jueces y magistrados en ejercicio, los dos elegidos ahora sintonizan más con la mayoría social expresada por los españoles en las últimas elecciones".Por otra parte, las fuentes socialistas y conservadoras consultadas coinciden en la vinculación con el Gobierno de los dos magistrados designados por el Ejecutivo. En concreto, en las buenas relaciones de Miguel Rodríguez Piñero con Felipe González y de Luis López Guerra, experto en temas electorales, con el vicepresidente del Gobierno.

Elección del presidente

Una vez concluida la renovación de la mitad del Tribunal Constitucional, el paso inmediato será la elección del nuevo presidente. Para el PSOE, el mejor candidato es Francisco Tomás y Valiente, si bien las fuentes consultadas señalan que es a los 12 magistrados a quienes corresponde elegir a su presidente y recuerdan que UCD preconizó a Aurelio Meriéndez y, sin embargo, resultó elegido García Pelayo. Altas fuentes del PSOE manifestaron la conveniencia de "no queinar" a quien haya de ser presidente. Sin embargo, reconocieron que Tomás y Valiente sería el mejor presidente posible.En sectores socialistas más partidarios del consenso con el Grupo Popular se estima, por el contrario, que sería mejor aceptado por los conservadores un presidente más moderado. En concreto, señalaron que Luis Díez-Picazo -propuesto en 1980 por UCD- sería también un buen presidente.

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