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A la espera de más datos economicos

Son muy pocos los valores que han sido capaces de destacar en un mercado en el que la mayoría se empeña en esconder la cabeza hasta ver en qué para todo esto de la inflación, el precio del dinero y las cuestiones políticas planteadas más a corto plazo. Nada parece influir en los mercados, pero la irregularidad de las últimas sesiones indica la existencia de una gran confusión en torno a todos los problemas pendientes, bien sean políticos o económicos. Por el momento, la aceptación por parte del ministro de Economía y Hacienda de un crecimiento del IPC del mes de enero en torno a los tres puntos plantea una serie de incógnitas que ni siquiera el arma de un petróleo más barato ha logrado suavizar. No es de extrañar que se espere con un interés inusitado el resultado de la subasta de obligaciones, ya que hasta ahora las de pagarés del Tesoro no han aportado datos suficientes para poder evaluar el comportamiento del precio del dinero a medio plazo.La evolución de los principales sectores tampoco ha servido de gran ayuda a los inversionistas, pues los altibajos del grupo eléctrico o el bancario, pese a los discretos avances registrados, han venido a confirmar la ausencia de dinero, síntoma claro de desconfianza. En este sentido hay que recordar que la contratación de la sesión de cierre de la semana anterior se situó en torno a los 2.500 millones de pesetas efectivas, con un sector bancario por debajo de los 800 millones, su cifra más baja desde el pasado 10 de enero.Eléctricas y Telefónica fueron dignos acompañantes en esa sesión, pues no llegaron a 400 y 200 millones de pesetas, respectivamente. En la sesión de ayer, tampoco dio la sensación de que se hubiesen superado esos niveles, pues la mayoría de los corros se mostraron apagados, sin posturas claras y con demasiados operadores esperando a que el mercado diese alguna señal de definición.Dentro del sector bancario, Bankinter abonó un segundo dividendo a cuenta del pasado ejercicio, de 80 pesetas netas, de las que las acciones recuperaron 70, siendo éste uno de los pocos casos en que un valor mostraba una clara tendencia positiva. Los siete grandes acusaron todavía el esfuerzo del mes anterior, aunque la demanda consiguió imponerse por escaso margen. También parece afectar a este grupo el descontento existente en torno al sistema de contratación, tanto por parte de los propios operadores bancarios como de los inversionistas, que empiezan a reclamar la posibilidad de conocer las posiciones para poder actuar en consecuencia. Mientras tanto, la solución parece estar en pasarle las órdenes al ordenador con los cambios limitados, lo que llevaría a un menor número de operaciones, pero evitaría situaciones como las que se han dado en los últimos días.

Minas de Tormaleo también abonó a sus accionistas un divi dendo a cuenta del pasado ejercicio, por importe de 50 pesetas, que se descontaron íntegras además de los 23 enteros que perdieron las acciones desde su última cotización.

La situación al cierre seguía siendo irregular, con discretos tanteos del dinero que en modo alguno se deben confundir con el inicio de una mejoría.

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