El Banco de España mantendrá la política de aumentar las provisiones para hacer frente al 'riesgo-país'
El mantenimiento de la solvencia de las instituciones financieras españolas en los próximos años se llevará a cabo mediante crecientes requerimientos del Banco de España a los bancos y cajas de ahorro para que realicen un mayor volumen de provisiones sobre las operaciones en divisas comprometidas con países en dificultades para hacer frente al pago de su deuda externa. El coeficiente de recursos propios, de reciente entrada en funcionamiento, se mantendrá en sus niveles actuales.
Menos de dos años después de que el Banco de España decidiera obligar, mediante una circular, a los bancos y cajas de ahorro a que hicieran provisiones sobre riesgos en divisas a terceros países para tratar de mantener la solvencia de las instituciones ante la crisis de pagos de numerosos países deudores, la autoridad monetaria dio un nuevo giro en la tuerca para exigir más provisiones, al pedir que se recolocara a los países deudores, según su nivel de morosidad e insolvencia, y permitir que algunas naciones figuren en peores posiciones de las que, en función de la normativa vigente, tendrían que estar.En medios del sector financiero se considera que todo lo que se haga en este terreno es poco y que, en realidad, de lo que se trata es de ganar tiempo para que las entidades financieras puedan ir haciendo las provisiones suficientes con vistas a que la amortización definitiva de la deuda de estos países no ponga en dificultades los balances y cuentas de resultados de los bancos.
Pocos son los que creen que al final se podrá cobrar la deuda pendiente. Pero todos piensan que no se puede pedir que se borren de inmediato de los balances todas las operaciones de crédito; las pérdidas afloradas en este caso obligarían a quiebras y suspensiones de pago de buena parte de los grandes bancos internacionales, lo que repercutiría sobre el conjunto del sistema financiero.
Fórmulas distintas
Las fórmulas que cada país, en función de sus peculiaridades, pone en marcha son distintas. En Estados Unidos se fuerza la capitalización de las entidades, para evitar que anuncien pérdidas anuales de cuantía importante, y en la actualidad se discute elevar el mínimo de recursos propios hasta el 9% de los activos de las entidades. En España, donde el coeficiente de recursos propios se sitúa entre el 4% y el 4,5%, se ha elegido elevar el nivel de provisiones que se pueden considerar gasto fiscalmente deducible.La normativa sobre recursos propios, que en un principio asustaba a las entidades financieras, se fue dulcificando de tal forma que la mayor parte de los bancos sobrepasa, con mucho, las exigencias de capital y reservas voluntarias. Los grandes grupos bancarios que han hecho públicos sus balances y cuentas de resultados consolidados para 1985 han anunciado que tienen recursos propios un 50% superiores a los exigidos (en unos casos, sobre el total exigible, y en otros, sobre el porcentaje que deberían cubrir en función del calendario de adaptación establecido). Otras instituciones que no han realizado sus juntas generales de accionistas también sobrepasan claramente los mínimos exigibles. Quedan algunos casos por conocer, pero la opinión general es que no habrá especiales problemas.
El convencimiento de que no se puede forzar la máquina de la capitalización más que en casos especialmente graves es lo que inclinó a la autoridad monetaria a pedir un mayor volumen de provisiones sobre riesgo-país a finales del pasado verano y lo que, con toda seguridad, hará que a lo largo de este año que acaba de comenzar se apriete algo más en este sentido.
La reacción ante el convencimiento de que las normas se endurecerán más en los próximos ejercicios ha hecho que los bancos reaccionen de manera distinta. En unos casos, los incrementos de provisiones destinadas a cubrir el riesgo-país han crecido de forma espectacular durante 1985.
El Banco Exterior de España, por ejemplo, tiene en estos momentos provisionado el 10% de su riesgo de este tipo. La exigencia del Banco de España es el 6%, aunque hay una recomendación para que se trate de superar este porcentaje y se alcance el 10%. Otras instituciones, por el contrario, han decidido reducir su riesgo, no entrando en nuevas operaciones e incluso vendiendo parte de sus operaciones vivas, aunque ello signifique asumir quebrantos cuantiosos en el ejercicio pasado.
En Londres y Buenos Aires funciona un mercado semisecreto de venta de estos créditos en los que se practican descuentos importantes. Según una reciente información del International Herald Tribune, el descuento para México es del 30% y del 25% para Brasil y Venezuela.
Los bancos españoles que han vendido una parte de sus operaciones con estos países han asumido este descuento con cargo, una parte, a las provisiones ya realizadas en ejercicios anteriores, y el resto, con cargo a la cuenta de resultados del ejercicio.
En algunos casos las operaciones son espectaculares, dentro del pequeño nivel de riesgo comparativo que tienen las instituciones financieras españolas en relación al conjunto del sistema financiero internacional.
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