35 muertos camino de las urnas

Al menos 35 personas murieron en diversos incidentes ocurridos durante la jornada electoral de ayer en Filipinas. La oposición denunció la existencia de numerosas coacciones e intimidaciones en varias zonas del país, así como de múltiples irregularidades que impidieron a muchos electores poder votar.En algunos casos, los observadores electorales del grupo independiente NAMFREL, que habían sido autorizados por la Comisión Electoral a estar dentro de los colegios, fueron expulsados de las mesas, amenazados e incluso expulsados de los recintos por grupos paramilitares y simpatizantes del partido en el poder, el Movimiento para la Nueva Sociedad (KBL).

El más sangriento de los incidentes de ayer tuvo lugar en Tarlac, en la provincia de la que es nativa Corazón Aquino, donde murieron 15 de sus seguidores cuando unos desconocidos lanzaron una granada contra un camión cargado con gente que iba a votar. En la isla de Mindanao al menos cinco presuntos guerrilleros comunistas murieron en un enfrentamiento con una patrulla militar; en Davao, la capital de la isla, un dirigente de la oposición murió y otro resultó gravemente herido cuando fueron tiroteados a la entrada de un colegio electoral.

En las afueras de la capital, Manila, fueron descubiertos en un estanque los cadáveres de cuatro hombres apuñalados. Según un portavoz de NAMFREL, el helicóptero en el que viajaba uno de sus observadores, en el norte del país, fue interceptado por dos helicópteros que le obligaron a aterrizar sin que se tengan noticias de la suerte que corrieron sus ocupantes.

El teniente general Fidel Ramos, segundo en la escala jerárquica de las Fuerzas Armadas, dijo que la de ayer fue "la elección más pacífica en la historia de Filipinas". En las elecciones legislativas de 1984 los actos de violencia causaron 2.000 muertos.