El éxito de la política económica, clave de la solidez de Erich Honecker
La República Democrática Alemana (RDA) ha realizado en los últimos años una política de intensificación de contactos con países de Europa occidental, en un esfuerzo por limitar los daños derivados del aumento de la tensión entre las dos superpotencias a raíz de la instalación de los euromisiles en Europa. El pasado año, el jefe del Estado y del partido comunista (SED), Erich Honecker, visitó por primera vez dos países miembros de la OTAN -Grecia e Italia- y recibió al primer ministro francés, Laurent Fabius, en Berlín Este.
Con estos contactos occidentales, la RDA se ha alineado con Hungría en un eje partidario de un diálogo continuo de los países pequeños y medianos de ambos bloques como importante complemento dé. las negociaciones entre Washington y Moscú en las relaciones Oeste-Este. La RDA y Hungría se han defendido mutuamente en los últimos años cuando han surgido críticas a su política exterior autónoma en otros países del Este de Europa.La solidez de la posición de Honecker, hoy, en la alianza de países socialistas se debe, sin embargo, especialmente al éxito de la recuperación económica de la RDA. Con un aumento de la renta nacional del 4,6%, un crecimiento en la producción del 8,8%, una cosecha récord y una balanza muy positiva en su comercio con Occidente, 1985 ha confirmado a la RDA como la economía más efectiva y sólida de la comunidad de países socialistas.
En cinco años -desde 1980- ha logrado reducir su deuda con los países occidentales a menos de la mitad, desde 7.400 millones de dólares (unos 1,1 billones de pesetas) a 3.400 millones.
Bloqueo estadounidense
Tras un bloqueo de créditos impuesto por EE UU a principios del decenio, la RDA realizó una política muy restrictiva en la importación y mantiene hoy, tras el fracaso del bloqueo norteamericano, unas reservas en divisas estimadas en 5.200 millones de dólares. La URSS y el propio Mijail Gorbachov, secretario general del Partido Comunista de la URSS (PCUS), han elogiado últimamente el desarrollo de la economía de la RDA y la alta calidad de sus productos industriales. Dada la actual reserva de divisas del país, países occidentales que mantienen fuertes vínculos comerciales con la RDA, como Francia, Austria o la propia República Federal de Alemania (RFA), siguen con atención las posibilidades que ahora se abren al comercio, dado que Berlín Este se aleja de las restricciones a la importación y debe acometer un gran programa de renovación de la estructura industrial.
En este sentido, fuentes del Ministerio de Comercio Exterior de la RDA lamentan el escaso interés mostrado por el empresariado español por aumentar los intercambios. En la feria de Leipzig, donde la RDA firma un 40% del total de sus contratos de comercio exterior, la presencia española sigue rayando en lo anecdótico si se compara con el despliegue de las empresas francesas, italianas, austriacas o de otros países.
Según el director general del ministerio en Berlín Este, Cristian Meyer, la RDA dio señales de su interés por aumentar el intercambio comercial con compras en España como la de seis buques contenedores o la de 1.000 vagones de ferrocarril. "Sin embargo, lo lógico es que, si las empresas españolas nos quieren vender, vengan a ofrecer sus productos", aduce.
Meyer lamenta que, debido a esta falta de agresividad de la empresa española, el intercambio entre ambos países no se haya intensificado con la rapidez deseada. Prueba de las posibilidades existentes en la RDA es el contrato conseguido por la empresa del Instituto Nacional de Industria Initec para el suministro de una instalación de carga y descarga de productos a granel por valor de 1.000 millones de pesetas, ultimado en enero y pendiente de firma.
La identidad histórica
Uno de los fenómenos más llamativos en la evolución política de la RDA en los últimos años ha sido la revisión de la interpretación oficial del régimen de la historia alemana. Hasta finales de la pasada década, la RDA sólo reclamaba para sí el legado de aquellas personalidades históricas consideradas como progresistas por la historia oficial. Así, en los textos oficiales aparecían personajes como el poeta Heine, los héroes de la revolución de 1848, Karl Liebknecht, Rosa Luxemburg y, por supuesto, Marx y Engels, como los pioneros de la lucha revolucionaria del pueblo alemán, cuya consecuencia sería la fundación de la RDA.
Hoy, sin embargo, y como un esfuerzo más por lograr una identificación de la población con el pequeño Estado socialista, se ha vuelto a instalar la estatua de Federico el Grande de Prusia en la alameda Unter den Linden; hace dos años se organizó una intensa campaña para identificar al reformista Lutero con la evolución histórica hacia el socialismo, e incluso se comienza a interpretar de forma más comprensiva la figura histórica de Bismarck. Como un intento más por fortalecer la identidad del Estado socialista, el régimen presenta al filósofo Kant, a los hermanos Von. Humboldt o al propio Goethe como eslabones en la historia alemana cuya culminación sería el Estado socialista. En esta interpretación, la RFA habría quedado en un grado inferior de desarrollo.
En esta nueva concepción de la historia se enmarca también el enorme esfuerzo que las autoridades de la RDA hacen en la reconstrucción de los edificios históricos en su territorio, en su mayoría devastados durante la II Guerra Mundial. En Berlín Este está a punto de concluirse la restauración de la antigua plaza de la Gendarmería, con la catedral de los hugonotes, la catedral alemana y el teatro. La ópera, los espléndidos museos del Pergamon y la Galería Nacional, la biblioteca estatal y otros edificios cerca de Unter den Linden han devuelto a este sector de la gran ciudad que fue Berlín sus señas de identidad, arrasadas no sólo por "los bombardeos angloamericanos", como insisten algunos responsables del Ayuntamiento de la capital de la RDA, sino también por la cruenta batalla entre las tropas soviéticas y los restos de la defensa alemana en abril de 1945.
También en Dresde, que quedó destruida en un 90% tras el bombardeo de los aliados occidentales en febrero de 1945, se llevan a cabo tareas de reconstrucción.
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