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EL DEBATE SOBRE LA ALIANZA ATLÁNTICA

Una "pequeña bajeza"

Felipe González, y su antecesor en la Moncloa y actual portavoz del Grupo Centrista, Leopoldo Calvo Sotelo, mantuvieron ayer un duro enfrentamiento acerca de si el Ejecutivo que presidía el último negoció o no una reserva sobre la situación de Gibraltar antes de integrar a España en la OTAN, en mayo de 1982. Mientras Calvo Sotelo aseguraba que "naturalmente, que se habló de Gibraltar en las negociaciones para la adhesión, probablemente fue de lo que más se habló", González negaba rotundamente que el Gobierno de UCD hubiese hecho ninguna reserva sobre el Peñón.Calvo Sotelo leyó las actas de la segunda ronda de conversaciones entre España y la OTAN, realizadas en Bruselas por el entonces embajador Javier Rupérez, los días 14 y 15 de septiembre de 1982, conversaciones que se centraron en la cuestión gibraltareña. Ante ello, González, visiblemente incómodo, respondió a Calvo Sotelo que le gustaría tener "las actas del Estado de las que dispone Su Señoría", dando a entender que desconocía tales documentos.

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No menos molesto, Calvo Sotelo dijo posteriormente en los pasillos del Congreso que las actas leídas se encuentran en los ministerios de Exteriores, Defensa y de la Presidencia. El portavoz centrista calificó de "irresponsables" y de "pequeña bajeza dialéctica" las acusaciones de González.

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