El Congreso autoriza la convocatoria del referéndum con 200 votos del PSOE y 7 del Grupo Mixto

El Congreso de los Diputados autorizó ayer al Gobierno, merced a 200 votos socialistas y 7 del Grupo Mixto, a convocar el próximo día 12 de marzo el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN. La oposición del Grupo Popular (que, junto con los centristas, votó en contra de la autorización) y de las minorías nacionalistas, que se abstuvieron, no logró impedir el resultado final favorable: 207 síes, 103 votos en contra y 20 abstenciones, sobre 330 emitidos. El decreto de convocatoria será publicado mañana en el Boletín Oficial del Estado, después de que hoy lo firme el rey Juan Carlos. Desde ese momento empezarán a contar los plazos establecidos en la ley del referéndum. También se publicarán otros tres decretos de carácter secundario, relacionados con el referéndum, sobre confección de papeletas y constitución de juntas electorales. El debate sobre la autorización de la consulta popular aportó escasas novedades respecto al anterior sobre seguridad exterior.

La falta de novedades se explica porque el segundo debate se centró de manera casi exclusiva en la consulta popular. Sin embargo, el portavoz del Grupo Popular, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, fue ayer más lejos que el día precedente Manuel Fraga, presidente de AP. Herrero de Miñón afirmó que, al mantener el referéndum, el Gobierno propicia "el golpe de Estado permanente".Herrero afirmó que el Gobierno "manipula la pregunta" de la consulta, y que "pide un cheque en blanco" al electorado, todo lo cual le llevó a concluir que el referéndum, "es peligroso para la democracia". El portavoz conservador se unió a las voces de los representantes de otros grupos parlamentarios, para denunciar la "truculencia" del presidente González, que "no puede estar siempre asustando" a la opinión pública con las consecuencias que tendría el abandono de la Alianza Atlántica como consecuencia de una derrota el próximo día 12 de marzo.

El portavoz de Minoría Catalana, Miquel Roca, introdujo un elemento nuevo sobre todos los ya conocidos -reiteradamente expuestos nuevamente en la recta final del debate- al asegurar: "Sea cual sea el resultado del referéndum a nuestro grupo no le vincula", ya que "mantenemos un compromiso electoral previo". Roca dijo que, si el Gobierno pierde la consulta, "deberá restablecer la representatividad de esta Cámara", disolviendo el Parlamento y convocando elecciones. El portavoz centrista Leopoldo Calvo Sotelo, que ayer se convirtió en la estrella del debate, opinó que "sea cual sea el resultado, será malo para el Gobierno socialista". El portavoz del Grupo Vasco, Andoni Monforte, anunció la abstención de su grupo y pidió, a la vez, la inmediata firma del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP).

Todo ello condujo a que el Gobierno se viera apoyado en la votación final tan sólo por 7 de los 8 miembros del Grupo Mixto, cuya posición mayoritaria fue gráfica mente resumida por el portavoz comunista Fernando Pérez Royo: "Los comunistas votaremos sí a la autorización porque queremos votar no en el referéndum". Este grupo está formado por cuatro diputados comunistas, dos del Centro Democrático y Social (CDS), uno de Euskadiko Ezkerra y uno de Esquerra Republicana de Catalunya.

Agustín Rodríguez Sahagún, del CDS, confesó su apoyo a la autorización al Gobierno, "pese a las reticencias del preámbulo y el artículo primero del decreto de convocatoria". Francesc Vicens (Esquerra Republicana) afirmó que se abstenía y explicó: "Es un referéndum engañoso y podría ser calificado de fraudulento. No votaré no [al decreto] porque al menos permitirá decir a los ciudadanos que voten contra la OTAN".

La primera parte del debate, que finalizó con la presentación de varias mociones, todas ellas rechazadas por la mayoría socialista, continuó ayer por la mañana con la intervención del centrista Leopoldo Calvo Sotelo, quien mantuvo un duro contencioso con Felipe González, a quien acusó de maneras provincianas" en su política exterior. Calvo Sotelo consideró a su sucesor influenciado por el neutralismo de Olof Palme y de Bruno Kreisky y por la ostpolitik de Willy Brandt, todos ellos líderes de la Internacional Socialista. Particular irritación parecieron causar a González las referencias de Calvo Sotelo a las "clases particulares" recibidas de Brandt, ante las que González no pudo evitar veladas alusiones a la etapa franquista de su antecesor en La Moncloa. Aunque contó con menos expectación y apenas público en las tribunas, la segunda jornada del debate sobre política de seguridad tuvo mayor riqueza en contenido que la inicial del martes, acaparada por los discursos de González, Manuel Fraga y Miguel Roca. La posición más ambigua correspondió al presidente del CDS, Adolfo Suárez, quien no quiso hacer público el sentido de su voto en el referéndum y alegó que el congreso de su partido -aplazado desde hace cuatro meses- aún no se ha pronunciado sobre el sí o no a la OTAN. Mostró no obstante "serias dudas" sobre las ventajas que puede reportar ahora a España la permanencia en la Alianza Atlántica.

La primera parte del debate concluyó a mediodía con la presentación de cinco mociones sobre cuestiones de seguridad exterior (y sobre el referéndum), todas ellas rechazadas por los socialistas. Los votos del PSOE impidieron que el Congreso instara al Gobierno, a iniciativa del PCE, a declarar vinculante el resultado del próximo referéndum sobre la Alianza Atlántica.