El coste del petróleo importado por España ascendio a 6.700 millones de dólares en 1985, 500 millones menos que un año antes

La factura que la economía española paga por las importaciones de petróleo ha descendido en 1985 en más de 550 millones de dólares, consecuencia del menor precio del barril de crudo y, también, de la menor cantidad de petróleo importado a lo largo del año. Las previsiones de la Administración para 1986 apuntan a que durante este año el coste de las importaciones de petróleo descenderá entre 900 y 1.600 millones más, dependiendo de lo que lo haga el coste en dólares del barril.La reducción del precio medio del barril de petróleo durante 1985 en relación a un año antes fue de 1,3 dólares, al pasar de 27,8 dólares a 26,5 dólares. La importación de crudo se situó, excluidas las maquilas, en 725.000 barriles diarios en 1984, frente a poco más de 700.000 barriles el pasado año. El coste del petróleo importado superó los 7.300 millones de dólares en 1984, mientras que en 1985 se situó en algo más de 6.700 millones de dólares.

Las previsiones para 1986 de la Administración se han realizado sobre los supuestos de que el volumen de crudo importado es el mismo que el registrado en 1985 y se establecen dos posibles precios medios para el conjunto del año, siendo la hipótesis menos optimista la que considera que los precios no variaran sustancialmente sobre los existentes en la actualidad, con lo que se estima un precio medio de 23 dólares por barril. Los resultados de esta previsión arrojan un ahorro en la factura del petróleo superior a los 900 millones de dólares.

La hipótesis optimista parte de la base de que los precios internacionales seguirán bajando ligeramente sobre los que rigen en la actualidad y establece un coste medio del barril de 20 dólares. La factura petrolera entonces se situaría en poco más de 5.000 millones de dólares, con un ahorro superior al 24% y que supondría pagar 1.600 millones de dólares menos que en 1985.

Menor déficit

Cualquiera de las dos hipótesis supone un fuerte ahorro de la economía española en sus intercambios internacionales, que se traducirá en un menor déficit de la balanza comercial y un incremento del superávit esperado en la balanza por cuenta corriente hasta cifras que hace tres años eran consideradas por todos los expertos como poco menos que imposibles de alcanzar. Los menores gastos de divisas derivados del ahorro energético tendrán un reflejo en el nivel de reservas global o se podrán utilizar para el pago anticipado de una parte de la deuda externa.Las recientes declaraciones del ministro de Economía y Hacienda acerca de que no se considera probable una nueva baja en los precios de los derivados del petróleo, a pesar del descenso de los precios, parecen indicar que se busca aumentar los ingresos fiscales para contribuir a reducir al máximo posible el nivel de déficit público, aunque ello signifique no forzar a la baja la tasa de inflación.