Scala mantiene en Madrid el mismo contrato a Tip y Coll
La compañía Scala ha decidido conceder en Madrid las mismas condiciones que en su teatro de Barcelona a la pareja de humoristas Tip y Coll, cuyo contrato en Cataluña fue cancelado el pasado día 3 tras recibirse en la sala unas amenazas telefónicas de bomba, hechas por "grupos radicales", según Coll. Scala Barcelona se negó a hacer ningún comentario sobre la rescisión. "Es top secret, materia reservada, reservadísima", afirmaron a este diario.El movimiento catalanista Crida a la Solidaritat inició una campaña contra los humoristas después de que Coll se negara vehementemente a contestar la semana pasada, en el programa de Catalunya Ràdio Fil directe (Hilo directo), que consiste en llamadas al estudio de los oyentes, a aquellas preguntas que la audiencia hiciese en catalán, a pesar de que la presentadora, Silvia Cóppulo, se las traducía al castellano. Catalunya Ràdio efectúa toda su programación en catalán.
Según dijo ayer Coll en Madrid, su negativa a contestar se produjo después de varias preguntas y respuestas. Al cabo de unas cuantas, pidió que le hiciesen las preguntas en castellano, y anunció que la próxima pregunta que le hicieran en catalán no la contestaría. "Si no quieren hablarla", comentó Coll después, "es que desprecian mi lengua". Coll manifestó por la radio que no era de buena educación preguntarle en catalán cuando él desconocía ese idioma. Tip, por el contrario, no formuló ninguna queja. Tras la alusión a la mala educación, los oyentes de Catalunya Ràdio bloquearon la centralita con sus protestas.
Unos representantes de La Crida de la Solidaritat se reunieron con los humoristas y pidieron a Tip y Coll que abandonasen Cataluña por la presunta ofensa y que terminasen las actuaciones en Scala Barcelona, donde debido a su éxito les había sido prolongado el contratro hasta el próximo día 8. Coll les reconoció que se había equivocado y dijo no entender el alboroto causado y, según él mismo, la conversación transcurrió en un plano distendido.
Scala, que en 1978 sufrió un grave atentado que supuso cuatro muertes y pérdidas materiales por más de 300 millones de pesetas, tras las amenazas de bomba decidió acortar las actuaciones. "Quiero dejar muy claro", dijo Coll, "que las relaciones con el público, con el que yo llamo catalán de a pie, fueron estupendas en todo momento, ya que nuestro espectáculo tuvo una magnífica acogida". Asimismo, señaló que en toda su carrera nunca ha tenido problemas de este tipo, y al llegar a Madrid ratifica su forma de actuar: "Si dos personas hablan castellano y una sólo catalán, lo lógico es hablar castellano".
Después de la emisión, José Luis Coll pidió excusas en una carta al diario Avui, escrito íntegramente en catalán. "Por un malentendido, quizá por culpa mía", decía textualmente, "se ha producido esta desagradable situación. Pensé que era un menosprecio a mi idioma, el castellano. Ruego que me perdonen aquellas personas que se hayan sentido heridas por mis palabras. A partir de ahora me esforzaré por hablar y entender el catalán".
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