Suráfrica anuncia reformas del "apartheid"
El presidente de Suráfrica, Pieter W. Botha, anunció ayer el levantamiento de las restricciones que limitan la movilidad de los negros y aludió a una posible liberación del encarcelado defensor de los derechos humanos Nelson Mandela. En un discurso pronunciado con ocasión de la apertura del Parlamento, Botha también propuso a los países vecinos la creación de un consejo de seguridad conjunto. Sin embargo, no hizo ninguna promesa concreta acerca de un pronto y definitivo desmantelamiento del sistema de discriminación racial. El Congreso Nacional Africano (ANC) calificó su intervención de decepcionante.
Botha manifestó en su discurso que los mecanismos para controlar la movilidad de la comunidad negra se han vuelto "obsoletos y demasiado costosos" y deben ser reemplazados, aunque al mismo tiempo recalcó la necesidad de mantener medidas que garanticen una "clara y ordenada" relación entre las comunidades, según informa Eric van Ees.
Sin dar detalles, el presidente anunció la creación de un consejo consultivo multirracial para que asesore al Gobierno en "asuntos de interés común". Botha prometió para 1986 la aprobación de una serie de leyes sobre la ciudadanía surafricana y los derechos de propiedad de la comunidad negra, en cumplimiento de promesas que hizo el año pasado.
La pass law (o ley de salvoconductos), cuya supresión fue prometida por Botha, obliga a los negros a llevar carnés de identidad especiales y limita así drásticamente sus movimientos. Desde su introducción en 1952, más de dos millones de negros han sido procesados -y centenares detenidos diariamente- por violar esta ley, que separa a los miembros de una misma familia y es la principal causa de los disturbios raciales.
Botha sugirió la posibilidad de liberar a Mandela, ex presidente del proscrito Congreso Nacional Africano (ANC), que se ha convertido en símbolo de la lucha contra el segregacionismo surafricano. A cambio, Botha solicita la puesta en libertad de los disidentes soviéticos Andrei Sajarov y Anatoly Scharansky y de un oficial surafricano capturado en Angola, Wymand du Toit. Botha no hizo referencia al estado de emergencia vigente desde hace seis meses en algunos de los barrios negros que rodean las grandes capitales y que la mayoría negra rechaza. En cambio, el presidente subrayó "el mayor grado de tranquilidad que está empezando a hacerse notar".
El presidente surafricano propuso a sus vecinos del África negra la formación de un consejo de seguridad conjunto que vele por el mantenimiento de "la paz y la prosperidad". Pero si su propuesta es rechazada, Botha amenaza con "medidas efectivas de autodefensa para proteger el país".
Reacciones negativas
Alfred Nzo, secretario general del ANC, calificó el discurso presidencial de decepcionante, y dijo que la promesa de abolir la pass law no tenía consistencia. Nzo dijo que Botha había suscitado esperanzas en muchos ciudadanos, pero que "una vez más, la comunidad internacional ha quedado decepcionada", y agregó que la oferta de libertad para Mandela no tenía ninguna credibilidad.Con referencia a la formación de un consejo de países vecinos, Nzo condenó "las amenazas persistentes contra los Estados soberanos del sur de África por parte del régimen de Botha".
El obispo Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz, también expresó su decepción ante el discurso del presidente. "Me temo que una vez más nos han dejado con las esperanzas rotas", declaró durante una conferencia de prensa en Johanesburgo. Tutu, que recientemente viajó a Estados Unidos para denunciar el régimen de Pretoria, consideró absurda la propuesta sobre Mandela: " ¿Cómo se puede creer que los soviéticos tienen el menor interés en hablar con Botha sobre Sajarov?".
Beyers Naude, secretario general del Consejo Surafricano de las Iglesias, afirmó que Botha había perdido la última oportunidad de crear un futuro nuevo para Suráfrica, que utilizaba a Mandela "como un peón en una maniobra entre Occidente y Oriente, y que esto sólo aumentará la profunda ira de la comunidad negra".
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