El cardenal Innocenti, nuevo prefecto de la Congregación para el Clero

El cardenal Antonio Innocenti, de 71 años, ex nuncio apostólico en España, ha sido nombrado por el papa Juan Pablo II prefecto de la Sagrada Congregación para el Clero, una de las instituciones más importantes de la curia. El nuevo prefecto, sustituye al cardenal Pietro Oddi, que tras cumplir los 75 años de edad presentó su dimisión ateniéndose al límite de edad previsto para todos los cargos eclesiásticos. Esta dimisión fue aceptada inmediatamente por el papa Wojtyla.La rapidez con la que Juan Pablo II ha aceptado la jubilación del cardenal Pietro Oddi ha despertado la sospecha en Roma de que la razón podría encontrarse en que tal vez no había gustado en el Vaticano que el cardenal Oddi hiciera pública en una entrevista al diario La Repubblica la noticia de que el catecismo pedido por el reciente sínodo extraordinario de obispos llevaba preparándose desde hacía siete años por su congregación y estaba ya listo para ser entregado al Papa, cuando, días antes, el cardenal Ratzinger había declarado en una conferencia de prensa en el Vaticano que la idea del catecismo había sido "una inspiración del sínodo".

Quienes en la curia conocen bien al dimitido cardenal Pietro Oddi aseguran que se trata de un declarado conservador, pero admiten también que es un hombre profundamente sincero y sencillo, del tipo de los que conducen personalmente su propio automóvil.

En la curia se asegura también que su jubilación relámpago le ha entristecido tanto, que desde que hace un mes supo de su relegación no ha salido aún de casa ni recibido a nadie, alegando que está enfermo y con fiebre.

Clave durante la transición

El cardenal Innocenti, bajo cuya responsabilidad recaen desde ahora los graves problemas del clero de todo el mundo, está considerado como un hombre de total fidelidad a Juan Pablo II, que supo obedecer con prontitud a las consignas que había recibido de la Santa Sede cuando presidía la nunciatura de Madrid en los años difíciles del cambio político en España. Su nombramiento ha sido interpreta do en Roma como la decisión del papa Wojtyla de llevar a cabo un serio trabajo de restauración dentro del clero. Como secretario de la Congregación para el Clero continúa por ahora el arzobispo español Maximino Romero de Lema, considerado desde siempre un hombre fiel al concilio, discípulo de Pablo VI, a quien el Vaticano nunca ha tenido en cuenta sus méritos, lo que se evidencia por la persistente negativa a concederle el birrete cardenalicio o a ponerle al frente de una congregación, metas para las que había hecho méritos más que suficientes.A Maximino Romero de Lema el Papano le ha aceptado la dimisión, probablemente para que pueda enseñar durante un tiempo a su nuevo superior todos los meandros de la importante congregación o basta que se le busque un sucesor que ofrezca totales garantías de que seguirá la línea conservadora del nuevo prefecto.