La division de la izquierda favorece a Freitas do Amaral

La campaña electoral presidencial portuguesa enfila la recta final con la acentuación de las diferencias entre los candidatos de izquierda, que se lanzan agresivas acusaciones, y la tranquila marcha del candidato de centro-derecha Diogo Freitas do Amaral, quien realiza la campaña propia de quien se cree seguro vencedor. La campaña de los candidatos va acompañada de otra contra la abstención, pecado mortal según el obispo de Braga.

Lo que más llama la atención en estas jornadas previas a las elecciones del domingo es el encono con que se combaten los candidatos de la izquierda -el eanista Francisco Salgado Zenha, el socialista Mario Soares, la católica María Lourdes Pintasilgo y el comunista Ángelo Veloso-, quienes buscan ansiosamente poder disputar la Presidencia, el 16 de febrero en segunda vuelta, a Freitas.Todos lanzan contra los demás acusaciones descalificadoras, y es Mario Soares quien se lleva la peor parte por su larga estancia al frente del Gobierno. Raro es el día en que no tiene problemas en alguno de sus mítines. A las tortas que recibió la pasada semana se han sumado hasta acusaciones de asesino. "No puedo ser responsable de todo lo malo que ha ocurrido en Portugal", ha tenido que decir.

Soares y quienes le apoyan atribuyen esta persecución a los seguidores de Salgado Zenha, a quienes acusan de sembrar "odio político, sectarismo y violencia". Los socialistas han realizado un juego de palabras haciendo notar que las siglas de la campaña electoral de Zenha, ZAP (Zenha A la Presidencia), tienen el orden contrario a las letras de la palabra paz. Zenha, según los sondeos, es el principal rival de Soares para pasar a la segunda vuelta. El ex primer ministro acusa a Zenha de radicalismo de izquierda, equiparable por su peligrosidad al de derecha, que encarna Freitas.

La candidatura de Zenha niega ser instigadora de la violencia y ha prometido denunciar todo acto de este tipo presuntamente realizado por seguidores suyos.

Zenha, quien junto con el apoyo declarado del presidente Eanes cuenta con el del partido comunista, cuyo candidato hace campaña a favor del ex ministro de Justicia socialista, se presenta como el único candidato. que puede derrotar a Freitas y combate al ex primer ministro. "Soares no está en condiciones de derrotar a Freitas do Amaral porque renunció a una franja importante del electorado de izquierda", dice. "Mario Soares da muestras de un anticanismo que se suma a todos los anti que ya le conocemos", y por eso "nunca será el presidente de todos los portugueses".

Zenha ha sacado a colación hasta los problemas existentes en el partido socialista, en cuyo seno tuvo fuertes discrepancias con Soares. "No hay partido socialista democrático donde se deja de ser ciudadano para ser súbdito del secretario general".

Ni Soares ni Zenha prestan excesiva atención crítica a la candidatura de Pintasilgo, quien, de favorita para combatir a Freitas en la segunda vuelta, ha pasado a ser el farolillo rojo de la carrera. Su modesta campaña electoral, por falta de recursos y por no contar con ningun apoyo partidista fuerte (es la candidata que conseguirá los votos de la extrema izquierda), la relegan a una actividad testimonial en la que dice que "el 26 de enero ha de comenzar a cumplirse el 25 de abril". Pintasilgo acusa a Soares de ser un oportunista y a Zenha de ser "un candidato sin ideas y sin proyectos".

El candidato comunista, y más que él, el secretario general del partido, Álvaro Cunhal, abogan por el apoyo masivo en la primera vuelta a Zenha, y no quieren ni pensar en Soares, "que es de derechas, como Freitas".

Estas radicales divisiones en la izquierda, que no por ello olvida atacar al candidato conservador, satisfacen a Freitas, para quien "cuanta más división de la izquierda haya en la primera vuelta, más dificil será la transferencia de voto en la segunda".

Freitas, el democristiano apoyado por los socialdemócratas, a quien los sondeos dan más de un 40% de votos en la primera vuelta frente al 20% de Zenha y Soares y el 14% de Pintasilgo, no oculta su deseo de conseguir la mayoría absoluta este domingo, sin esperar al 16 de febrero.