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TRAS EL RECONOCIMIENTO DE ISRAEL

El líder de los shiíes libaneses transmite a los secuestradores la respuesta española

El plazo dado por los secuestradores de dos funcionarios de la Embajada de España en Beirut y de un geo para obtener una respuesta del Gobierno español a sus exigencias de liberación de dos shiíes libaneses encarcelados en Madrid se cumplió a media tarde de ayer, domingo, y la respuesta del Gobierno de Madrid parece haber sido transmitida a través del jefe del movimiento político-militar shií, Nahi Berri. La Prensa libanesa de ayer difundió un comunicado de un grupo desconocido, denominado Banderas Negras, en el que se amenazaba con ejecutar a los tres secuestrados si el Gobierno español no satisfacía las exigencias.

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El comunicado del grupo Banderas Negras -símbolo de los integristas islámicos-, amenaza también con llevar a cabo acciones terroristas en España si no se cumplen las exigencias de liberación de dos shiíes encarcelados en Madrid. Este grupo, al contrario del que hizo la primera reivindicación del secuestro efectuado el mismo viernes por familiares de Rahal y Jalil, mencionaba el establecimiento de relaciones diplomáticas entre España e Israel, lo que afirmaba es una razón para comenzar a utilizar el terrorismo contra los intereses españoles.El embajador de España en Beirut, Pedro María de Arístegui, mantuvo una conversación telefónica con el líder shií Nabi Berri, aunque ni la embajada ni los responsables de han querido informar ni del contenido de la "presunta respuesta" española ni de la réplica dada por Berri, quien, al menos de forma oficial, se configura como intermediario una vez más en un secuestro.

Las fuentes consultadas en Beirut aseguran que además de esta conversación telefónica, el embajador de España ha podido transmitir una carta al dirigente de Amal en la que estaría contenida la postura del Gobierno de Madrid. Ésta se resumiría, según fuentes consultadas, en una voluntad de diálogo que pueda dar lugar a la liberación de los tres secuestrados mediante algún tipo de compromiso o garantía española para solucionar, sin dar la apariencia de someterse a presiones terroristas, la situación de Mohamed Rahal y Mustafá Jalil, los dos shiíes que cumplen una condena de 23 años en la cárcel de Alcalá-Meco, de Madrid, por el intento de asesinato de un funcionario de la Embajada de Libia en Madrid en septiembre de 1984.

En medios shiíes se juzga cada vez más probable la intervención directa de Amal o su consentimiento en el secuestro, pese a que desde el primer momento este grupo shií aseguró a la Embajada de España que haría todo lo posible por localizar a los secuestrados (el geo Pedro Antonio Sánchez Anula y Asad y Gaspar Abdu, canciller y vicecanciller, respectivamente). A pesar de que la Embajada de España guarda un secreto prácticamente absoluto, y el mismo embajador no ha querido hablar con la Prensa española desplazada a Beirut sobre la naturaleza de los contactos establecidos para lograr la liberación de los secuestrados, hasta ayer, domingo, según confirmaron fuentes de Amal, Arístegui no pudo ponerse en contacto directo con Nabi Berri.

Según otras fuentes de Amal, la acción del grupo de secuestradores, alertados de la llegada de cinco supuestos diplomáticos españoles a Beirut, tiene todas las trazas de estar perfectamente organizada y respaldada, lo que no sucedió cuando en octubre de 1984 familiares de Rahal secuestraron al embajador Arístegui, liberado cuatro horas después en la casa de la familia Rahal por milicianos de Amal.

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Un portavoz de Interior explicó ayer que la forma en la que entraron los cinco geos el pasado viernes 18 a Beirut, -sin armas y en un vuelo regular- se explica porque "no formaban parte de una operación de inteligencia, sino de una operación de asesoramiento sobre seguridad para el personal de las embajadas". Sobre el día elegido el portavoz indicó que "fue precisamente el viernes [fecha del anuncio del establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel] el día en que el Gobierno libanes concedió el plácet para que efectuaran el viaje, según nos comunicaron desde el ministerio de Asuntos Exteriores".

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