El consulado español en Jerusalén no dependerá de la embajada

ENVIADO ESPECIAL España, a pesar de no mantener relaciones diplomáticas con Israel hasta ayer, ha seguido conservando, desde que se fundó el Estado israelí hace casi 38 años, un consulado general en Jerusalén, con cancillerías tanto en el sector árabe como en el judío.

En ningún caso el consulado pasará a depender de la embajada que será inaugurada en Tel Aviv. Ochocientos españoles residen en la zona judía de la ciudad y 183 en la árabe.

A diferencia de los días anteriores, la policía efectuó ayer, para proteger el consulado, alguna ronda suplementaria de vigilancia por sus dependencias, tras el anuncio del comunicado conjunto en La Haya. Pero en ningún momento se registró actividad sospechosa alguna y los diplomáticos y empleados acudieron normalmente a su trabajo.

España es, junto con Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Italia y Bélgica, uno de los siete países que poseen consulados en la ciudad tres veces santa. También fue uno de los primeros en abrirlo, hace nada menos que 134 años. A partir de la creación del Estado de Israel en 1948, el consulado fue desdoblado para poder atender las necesidades de ambas zonas, pero siempre estuvo dirigido por un mismo cónsul general.

En la actualidad es Santiago Martínez Caro. A pesar de que Israel la reunificó por la fuerza en 1967, España mantuvo sus locales en uno y otro lado de esta aglomeración urbana para dejar muy claro que no reconocía la autoridad israelí sobre la parte palestina.

La principal tarea del consulado consistía, hasta ahora, en conceder visados a los ciudadanos israelíes que viajaban a España, aunque es probable que este trámite sea pronto suprimido.