Los bienes de Educación y Descanso en Cataluña, en estado ruinoso
La mayor parte del patrimonio de la desaparecida Obra de Educación y Descanso, integrado en el Instituto Social del Tiempo Libre y transferido a la Generalitat en diciembre de 1980, se encuentra en estado de ruina física, abandonada por la Administración autonómica o explotada por personas privadas e incluso uno de ellos por un partido político, según un informe elaborado por CC OO de Cataluña. La Administración autonómica, además, no incluye las residencias en los folletos de difusión del turismo social.
El estudio, que consta de varios centenares de folios, invoca la responsabilidad del Ejecutivo autonómico en el deterioro de este patrimonio sindical, que permanece en muchos casos inamovible respecto a la situación en que se encontraba bajo los auspicios del antiguo sindicato vertical.El contencioso mantenido por varios partidos políticos de la izquierda catalana y por el sindicato CC OO con el Departamento de Trabajo de la Generalitat catalana respecto a la finalidad y uso del patrimonio de Educación y Descanso en Cataluña, se remonta a dos años atrás. El patrimonio fue traspasado a la Generalitat para su Administración en diciembre de 1980, sin que la Administración autonómica se decidiera a preparar la creación de un instituto para su administración -el Institut Catalán del Tiempo Libre- hasta cinco años después, en octubre pasado.
Distintas posesiones
El patrimonio de la extinguida Educación y Descanso está compuesto por siete residencias -cuatro de ellas cerradas y una ocupada en Blanes por Esquerra Republicana-, una ciudad residencial en Tarragona, un camping, dos instalaciones deportivas, nueve locales denominados hogar del productor, varias oficinas, terrenos y otros inmuebles, entre los que destacan el telesquí y el telesilla de Nuria. Los bienes se componen globalmente de 24 inmuebles y otras posesiones de muy distinto tipo, que en su momento estuvieron gestionadas por directivos y personal estrechamente vinculados a la disuelta Organización Sindical, situación que en algunos de estos casos se mantiene.La primera interpelación parlamentaria sobre este problema se produjo en marzo de 1984, cuando el diputado socialista Xavier Guitart se dirigió al entonces conseller de Trabajo de la Generalitat, Joan Rigol, para inquirirle sobre el destino dado al patrimonio sindical transferido. Guitart afirmó entonces que el Ejecutivo autonómico no había tomado posesión de la mayoría de estos bienes, ni había efectuado inversiones suficientes para su mantenimiento, y que, en otros casos, la utilización era de carácter irregular.
En el mismo sentido formuló una intervención parlamentaria el diputado del PSUC Rafael Ribó. Rigol contestó que la Generalitat había recibido de la Administración central en estado de ruina muchos de los bienes transferidos de Educación y Descanso. En otros casos, como en la residencia de Lés, en el Valle de Arán, las inversiones se efectuaron. Otro grupo de bienes, según Rigol, habían sido transferidos con compromisos de explotación por parte de personas privadas.
Si bien la Generalitat afirmó en todas estas ocasiones su interés por gestionar el patrimonio turístico de carácter público y sindical transferido, la creación del Instituto Catalán del Tiempo Libre ha sido pospuesta hasta el pasado mes de octubre, en que se elaboró un primer borrador sobre esta cuestión.
Mientras tanto, sólo tres residencias en Tarragona, Lés y Llangá funcionan normalmente como lugar de vacaciones o descanso de los trabajadores. Según el informe elaborado por tres técnicos de CC OO, prácticamente el resto del patrimonio está infrautilizado, en estado ruinoso o gestionado irregularmente. Así, se permite la explotación privada de bienes públicos. Este es el caso del camping de Pineda, ocupado por una junta de campistas, entre los que se hallan ultraderechistas.
Sin utilización
Otros particulares explotan, la mayoría sin autorización administrativa, el hogar del productor de Blanes, el de Esparreguera, varias galerías y bares de la Ciudad Residencial de Tarragona, casetas de la playa de Tarragona, y el telesquí y el telesilla de Nuria.No tienen ninguna utilización la residencia de Vilanova i la Geltrù -dos torres modernistas-, un terreno de 5.000 metros en Tarragona, ni la residencia de Nuria que está en estos momentos en proceso de restauración. En otros casos ni siquiera se ha tomado posesión de los bienes públicos, como es el caso del camping de Pineda y del hogar de productor de Cercs, para el que está destinado un nuevo terreno.
Ninguno de los bienes transferidos han sido inscritos en los correspondientes registros de la propiedad a nombre de la Generalitat, según afirma Comisiones Obreras.
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