Desmiticaciones

Me ha producido cierta inquietud leer en las páginas culturales de EL PAÍS del domingo 5 de enero que "el año dedicado a Federico García Lorca nace para desmitificar la vida y la obra del poeta". Por favor, señor director, permítame decir a los organizadores de tal actividad cultural que, como síempre, serán los privilegiados señores rectores del patrimonio intelectual, espiritual, histórico y cultural de todos los españoles, que dejen de desmitificar y dediquen sus esfuerzos a tareas más nobles y constructivas. En una sociedad tan prosaica y chabacana como esta que sufrimos por mor de tanto realismo y objetividad, ya va siendo hora de que nuestros líderes dediquen sus talentos creativos a mitificar (hacer más bello y amable) esta porquería de mundo que hemos logrado levantar. Si ya sabemos que la vida es sueño o ilusión, tanto si se la pinta de color de rosa como si la embadurnamos de merde, que dediquen su sabiduría a hacernos la vida más grata, más esperanzadora. García Lorca, admirados intelectuales, es, como todo genio, tan de ustedes como del pueblo; tan de los de derecha como de los de izquierda que gusten de su obra; tan de los exquisitos que sólo reconocen su poesía en Poeta en Nueva York como de los que prefieren La casada infiel. Por favor, que no desmitifiquen a Lorca. No nos digan que gritaba de miedo como una conejá cuando le arrastraban al paredón, que preferimos verle valiente y digno; no nos digan que era un proxeneta corruptor de adolescentes, porque queremos recordarle como amante platónico de toda belleza; no nos demuestren que era ateo o creyente, de izquierda o derecha, genial o mediocre, judío o catalán... Permitannos, sesudos señores, que, cuando le releamos, sigamos creyendo que era como nos lo muestra cada uno de sus poemas, sus dramas o sus comedias. Aunque sea mentira, aunque sea imposible.

Ya está bien de tanto desmitificar. ¿No creen que ha llegado el momento de ilusionar, de hacernos creer que el hombre y la vida no son tan desesperadamente malos? Recuerden que Heine decía que "la naturaleza imita al arte". Pues inventen ustedes, artistas del pensamiento y de las ideas, sueños e ilusiones y preséntenselas al pueblo como realidades posibles. Tal vez así consigan que el futuro sea menos apocalíptico que el presen.te. Y, de cualquier manera, no desmitifiquen a Lorca, por favor.-