Descendiente de una oligarquía en crisis
Juan Pedro Guzmán Uribe pertenece a una familia que en los últimos decenios ha formado parte de la llamada oligarquía vizcaína, denominación que actualmente ha perdido buena parte de su contenido real, ante los efectos que la crisis económica ha provocado en los sectores industriales, origen de sus fortunas. El padre de¡ secuestrado, Rafael Guzmán, cabeza visible de¡ clan, cuenta 80 años de edad y se inició en prósperos negocios relacionados con la industria química, al tiempo que contraía matrimonio con la hija de otra rica familia bilbaína, los Uribe. Un hermano de Rafael, tío del directivo del Athlétic actualmente secuestrado, Enrique Guzmán, se asoció con el naviero José María López Tapia y, según fuentes del mundo financiero de Bilbao, perdió buena parte de sus bienes en la espectacular quiebra de Letasa, cuyo último capitán de buque, José Luis Peciña, cumple condena, acusado de contrabando de crudo en Nigeria.Rafael Guzmán limita actualmente su actividad en el mundo de los negocios a la asistencia a consejos de administración de distintas entidades, entre ellas la firma Lipperheide y Guzmán y del Banco de Vizcaya. Como se recordará, José Lipperheide ya sufrió un secuestro hace unos años. Juan Pedro Guzmán, el secuestrado, se había hecho cargo de algunos negocios de su padre y ostenta la dirección general de Aceprosa (Aceites y Proteinas) que emplea a 300 trabajadores y que, según fuentes económicas, es una de las más rentables de la familia. Sin embargo, los allegados al secuestrado, que no quieren entrar en detalle en las actividades empresariales de Juan Pedro Guzmán, tan solo reconocen su responsabilidad, como presidente, al mando de la naviera Galea que, según ha reconocido el propio portavoz de la familia, "no está en sus mejores momentos". El secuestrado participa también en la firma Aurman, dedicada a la publicidad, asociado con el presidente del Athlétic, el nacionalista Pedro Aurteneche.
