El partido único de Argelia estudia una profunda reforma de la Carta Nacional
El Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino celebra hoy en Argel un congreso extraordinario para examinar el proyecto de enriquecimiento (reforma, según la terminología oficiosa) de la Carta Nacional, credo ideológico de la revolución socialista otorgada a este país en 1976 por el entonces presidente, el fallecido Huarl Bumedian. La nueva carta será sometida a una consulta popular el próximo 16 de enero, una vez obtenido el visto bueno del FLN.
Pese a que se trata de un tímido paso dentro del proceso liberalizador, la nueva Carta, preparada en los últimos 10 meses bajo los auspicios del presidente, Chadli Benyedid, permitirá a Argelia entrar en una atmósfera política y económica distinta, aunque ello no significa que se trate de ir a un sistema democrático pluripartidista.La reforma no afectará en absoluto a los pilares básicos de la revolución argelina, esencialmente al concepto islámico de justicia social y al sistema de participación única a través del FLN. Sin embargo, procurará una mayor flexibilidad en la gestión económica con la entrada del sector privado, que incrementará la producción y saneará el desgastado sector de servicios
El lema de Benyedid
El propósito del texto que ahora comienza a examinar el congreso del FLN, después de un sistema peculiar de participación en los debates preparatorios en los que han intervenido ya 400.000 militantes, es permitir que los argelinos vivan mejor, palabras estas últimas que consagran el lema ideado por Benyedid para acometer la reforma.Argelia, con un régimen burocratizado al estilo soviético, es un país donde la juventud se aburre, donde se producen grandes colas ante las compañías aéreas para obtener billete de salida al exterior aunque sea con vuelta asegurada a los 10 días, donde el ciudadano pierde horas al día en busca de alimentos básicos (huevos o patatas) que a veces pasan semanas sin ser suministrados en los mercados, donde hay familias que tienen que recurrir a los turnos para poder dormir en sus propias viviendas dado el hacinamiento existente y donde, para coger un taxi, hay que dirigirse a las estaciones correspondientes y guardar un riguroso orden de fila que en horas punta hacen que la espera llegue a más de media hora.
Los males congénitos de la sociedad argelina, achacados al poder y padecidos por el pueblo, han hecho que Chadli Benyedid, contestado por un sector involucionista dentro del FLN, se haya erigido en abanderado de la reforma.
Por primera vez en la joven historia de Argelia se libró una batalla pública con ocasión de los debates de la nueva Carta que pusieron en evidencia el enfrentamiento entre innovadores e involucionistas, hasta recientemente sólo conocido en comentarios de cenáculos.
El propio Benyedid tuvo que reconocer públicamente algunos males heredados de la época de Bumedian y, desde la dirección del FLN, se lanzaron calificativos como el de enemigos de la revolución contra aquellas personas que por medio de la Prensa y la televisión condenaban el socialismo y el hermetismo a la soviética de los dirigentes teóricos del país. Ello dio lugar a la intervención del propio Gobierno que, a través del Ministerio de Información, tuvo que recurrir a las tradicionales fórmulas de censura de los países del Este para evitar el escándalo.
El socialismo argelino
Chadli Benyedid, a quien los observadores occidentales achacan gran valor por hacer frente a la los intentos de involución y tratar de imponer sus ideas reformistas, fue conciso en medio de estos debates y sentenció públicamente que el socialismo argelino ya no podía considerarse en su concepción marxista. Pese a la ventaja que le da a Benyedid ser jefe del Estado y secretario general del FLN, la batalla reformista no está ganada en Argelia y las amenazas del sector involucionista del partido único persisten.Si Benyedid viajó este año a Washington y a Madrid, lo que se interpretó como un acercamiento a Occidente en supuesta sintonía con los nuevos proyectos del país, en los dos últimos meses se ha producido una aproximación al bloque soviético, con la visita a Argel del viceministro de Defensa de la URSS, Yuri Maximov, y del jefe del Estado polaco, Wojciech Jaruzelski. A ello hay que añadir la visita que hizo recientemente a Moscú el número dos del FLN, Mohamed Cherif Messadia, al frente de una importante delegación del partido único.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.