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Tensa reunión entre Cossiga y el Consejo Superior de la Magistratura italiana

Juan Arias

El encuentro mantenido en la noche del jueves entre el presidente de la República Italiana, el democristiano Francesco Cossiga, y el Consejo Superior de la Magistratura, del cual el jefe del Estado es el primer responsable, fue tenso y sin acuerdos. Era la primera reunión plenaria tras las jornadas de enfrentamiento institucional de primeros de mes, calificadas de "dramáticas" por el mismo Cossiga.

La crisis entre la Presidencia de la República y el órgano supremo de la magistratura estalló cuando Cossiga impidió al Consejo Superior de la Magistratura comentar o discutir las críticas del presidente del Gobierno, Bettino Craxi, contra los jueces, con motivo de la condena judicial de algunos diputados y periodistas socialistas.En aquella ocasión, los 20 miembros togados del Consejo Superior de la Magistratura habían presentado sus dimisiones al jefe del Estado, quien les rogó que las retiraran para no abrir un conflicto institucional en el país. Los jueces lo hicieron, pero pidieron una reunión plenaria con el jefe del Estado, que se celebró ayer.

El presidente de la República fue claro y tajante con el órgano supremo de la magistratura. Afirmó que el Consejo posee sólo el papel de "altísima administración", y que, por tanto, no puede arrogarse prerrogativas que no le concede la Constitución, como, por ejemplo, debatir la conducta del presidente del Gobierno.

Cossiga reconoció la autonomía de los jueces, y calificó de "sagrada" la decisión final de un tribunal. Pero dicho esto, negó al Consejo Superior de la Magistratura hasta la posibilidad de revisar su propio reglamento sin antes acudir al veredicto del Parlamento.

Según Cossiga, en Italia ha acabado el tiempo de la emergencia creada por el terrorismo, cuando los magistrados, y concretamente el Consejo Superior de la Magistratura, se habían visto a veces obligados "a suplir a otros órganos del Estado". Por eso, ahora deberán limitarse a la sola función administrativa, dejando a los otros órganos su papel específico.

Por lo que se refiere al derecho de crítica a los jueces, Cossiga, dijo que éste es parte de la libertad de expresión sancionada por la Constitución y que es "un elemento indispensable de la vida democrática del país".

Según algunos togados, no se puede ignorar que, en estos años, el tiempo y la práctica les ha ido ampliando una función más allá del simple papel de administradores, y ya no se puede volver atrás.

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