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Irán impone tres condiciones para estrechar sus relaciones con Francia

El viceprimer ministro iraní, Alí Reza Moayeri, planteó el lunes a una delegación de cuatro diputados franceses tres condiciones previas para normalizar sus relaciones con Francia. El Gobierno de París deberá devolver a Irán 1.500 millones de dólares (unos 230.000 millones de pesetas) prestados por el sha, expulsar a los terroristas iraníes exiliados en ese país y suspender su ayuda militar y financiera a Irak.Los tres requisitos establecidos por Teherán pára aceptar estrechar lazos con París coinciden, en general, con las exigencias planteadas por los integristas islámicos que secuestraron en Líbano, hace seis meses, a cuatro rehenes franceses. Los captores piden, además, para ponerlos en libertad, la excarcelación de los cinco miembros del comando, iraníes y libaneses, que intentó asesinar en Paris a Chapur Baftiar, ex primer ministro iraní allí refugiado.

Un mediador que se esfuerza por lograr la liberación de los cautivos galos, el médico Razah Raad -francés de origen libanés y de confesión shii-, confirmó en septiembre que los captores de los dos diplomáticos y los dos profesionales se preguntan "por qué Francia, que alega motivos económicos para proporcionar armas a Irak, no suministra armamento, a Irán por las mismas razones".

La misión de la Asamblea Nacional francesa fue acogida con reservas en Irán, cuyo Majlis (Parlamento) recalcó antes de su llegada, el pasado sábado, que "Teherán no es el lugar apropiado para discutir de la liberación de los rehenes", en un claro intento de no aportar indicios sobre las relaciones que mantiene o incluso la influencia que ejerce la República Islámica sobre el grupo libanés en cuyo poder se encuentran los cuatro cautivos.

A pesar de que la delegación parlamentaria, encabezada por el diputado centrista Jean Marie Daillet, no pudo evocar el tema de los rehenes durante sus tres días de estancia en Irán, en círculos diplomáticos franceses se palpa, por primera vez desde hace seis meses, un cierto optimismo sobre la próxima puesta en libertad de por lo menos dos apresados, el periodista Jean Paul Kauffmana y el socióloáo Michel Seurat.

Junto con el cardiólogo Raad, que regresó ayer a Beirut, Nabih Berri, líder de la milicia shá Amal, ha aceptado reanudar su misión de buenos oficios entre París y los integristas islámicos, a los que se esfuerza por convencer de la necesidad de desglosar el caso de estos dos últimos rehenes del de los funcionarios capturados.

A cambio de la libertad de Kauffmann y Seurat, bastaría ahora con que fuese excarcelado Nehme Hachem, el último prisionero libanés en Israel, o que, si ha fallecido -como afirman varias organizaciones humanitarias-, su cadáver sea devuelto a su familia. En sus últimas declaraciones, Berri sostiene que el asunto puede estar resuelto antes de Navidad.

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