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ANDALUCÍA

Alarma en un barrio de San Fernando tras caer una bengala de procedencia desconocida

La alarma cundió ayer en la zona residencial Los Barcos, en San Fernando (Cádiz), cuando, a las 12.30, un artefacto no identificado cayó en su zona ajardinada en el momento en que los niños jugaban tras su salida del colegio. Lo que en principio se creyó era una "bala de mortero", tal y como in formó la agencia Europa Press, resultó ser, según la nota oficial proporcionada por la Capitanía de la Zona Marítima del Estrecho, una bengala de utilización civil. Los vecinos de la zona conservan el miedo y la reticencia, ya que, a pesar del mentís, creen que el artefacto pudo proceder de las cercanas y numerosas instalaciones militares.

La Capitanía General de la Zona Marítima del Estrecho, con sede en San Fernando, afirma en su nota oficial que la bengala no tenía origen en maniobra alguna y asegura que "se trata de una bengala de señales de las utilizadas por los pesqueros". Según esta misma versión, el objeto fue retirado por especialistas de la Armada, que lo trasladaron a los laboratorios militares del polígono de experiencias Costilla, "que emitirá el informe correspondiente al gobierno militar".El gobernador civil, Mariano Baquedano, se ha ratificado en los mismos extremos, añadiendo que acudieron al lugar miembros del equipo de desactivación de la Policía Nacional para colaborar con los agentes procedentes de la comisaría de San Fernando. Aunque éstos fueron los primeros en llegar, la bengala fue entregada a la Armada para que realice las pruebas necesarias.

Antecedente mortal

En ambas informaciones oficiales, civil y militar, se ignora cuál pudo ser realmente la procedencia del artefacto, ya que queda descartada la posibilidad de que llegara desde un buque pesquero que estuviera navegando. De forma oficiosa, se baraja la posibilidad de que algún individuo imprudentemente hubiera puesto en funcionamiento la bengala. El objeto recuerda, según las mismas fuentes, al que causara la muerte de un espectador en el estadio Carranza durante el partido Cádiz-Castellón la pasada temporada. En aquella ocasión el objeto atravesó el campo a lo ancho, fue a estrellarse contra el pecho de un hombre y causó su muerte prácticamente en el acto.Las versiones de los testigos presenciales están rodeadas de cierta confusión por la sorpresa que les había producido el incidente. En algunos casos muestran su seguridad de que el objeto procedía de la zona de instalaciones militares -existe muy próximo un centro de instrucción e reclutas (CIR), el de Camposoto. "Llegó por encima de las casas para estrellarse en el suelo, tiene que ser de ellos". Quien así hablaba se sentía respaldado por el hecho de que desde primeras horas de la mañana estuvieran escuchando de forma reiterada las familiares detonaciones y disparos. La mayoría, sin embargo, aseguró que no vio por dónde caía la bengala. "Sólo sentimos el porrazo". Muchos se asomaron a los balcones, mientras que otros fueron sorprendidos en el mismo jardín con sus hijos de vuelta del colegio. Un grupo numeroso se reunió en torno al objeto que acababa de caer. Era de unos 40 centímetros de largo, tenía cuatro alerones negros, estaba muy caliente y había hecho un agujero de una cuarta de profundidad.

Según la narración de estos testigos, tras hacer un primer intento de retirar por su cuenta el aparato, decidieron prudentemente llamar al 091. La Policía Nacional decidió desalojar la zona y de forma especial a los niños. Los más pequeños eran la principal preocupación de los vecinos, quienes opinaban que la bengala podría haber herido gravemente a una persona adulta, pero que a un niño podría haberlo matado. "Hubiera sido igualmente peligroso que se nos colara por las ventanas".

La alarma originada por la caída de la bengala en un jardín público y vecinal ha desencadenado las quejas sobre la permanente presencia de "molestias" para los ciudadanos de San Fernando, con una población de 90.000 habitantes, a causa de las instalaciones militares ubicadas en su término municipal, entre ellas dos campos de tiro.

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