El carisma de Arzallus

Leí el domingo pasado el capítulo de Cristales rotos de España y después la carta de Arzallus, y creo importante recordar a los que siguen la política, y particularmente a mis paisanos vascos, un par de cosas conocidas, puesto que se han publicado, pero que tal vez Hans Magnus Enzensberger y otros no las saben.Arzallus es el máximo dirigente del PNV, y todos hablan de su carisma, de que tiene carisma. En el mismo periódico se dice y repite por vuestros corresponsales en el País Vasco y comentaristas.

Se está llamando lucha armada a una serie de crímenes que tienen por características la vileza y la cobardía. También se les llama terrorismo, pero no se destacan las diferencias de estos crímenes con otras formas de terrorismo que se están dando en el mundo, diferencias en los detalles de los asesinatos y en el ambiente sociopolítico del país. Pero quiero recordar hechos y no expresar opiniones, y a eso voy.

Entre las acciones de esa lucha armada está el secuestrar a una persona con dinero y exigir una partida de millones de pesetas a cambio de su vida. Uno de los secuestrados fue un industrial de un pueblo cercano al de Arzallus y miembro del PNV. Arzallus dijo públicamente: "Ay de ellos, si le tocan un pelo". Estas palabras vinieron en la Prensa, y posteriormente la misma Prensa informó que durante el secuestro estuvo 15 o 20 días en una especie de cueva en el monte, pequeña, medio inundada y en la que apenas se podía estar de pie, de donde lo sacaron después de recibir ciento y pico millones de pesetas.

(La frase sale sola: "Lo tuvieron 20 días en una cueva sin poder incorporarse y le quitaron ciento y pico millones de pesetas, pero el pelo no se lo tocaron, pues menudo carisma tiene Arzallus".)

Otra cosa que también se sabe, porque se ha publicado, es que a los dos años del 23 de febrero de 1981 Arzallus propuso a Garaikoetxea para presidente del Gobierno vasco y llegó al cargo, y dos años más tarde el mismo Arzallus lo echó acusándole precisamente de su actuación el 23 de febrero de 1981. Aquí se podía decir: "Olé, salero", pero es demasiado triste y trágico lo que está pasando.

También ha recordado públicamente Arzallus que los peneuves rompían sus carnés del partido cuando Tejero entró en el Congreso.

Cuando se podía pensar en una verdadera lucha armada, frente a frente, los dirigentes batasuneros ya estaban en alta mar a las tres horas de entrar Tejero en el Congreso. Todo esto se sabe, son hechos, no opiniones ni ideas particulares.

Las opiniones particulares no importan, y me callo la impresión que a mí me hace la figura física y el aspecto de Arzallus, en lo que no coincido con Hans Magnus Enzensberger.-