Un centenar de urbanistas reflexiona sobre el diseño de la ciudad
El planeamiento urbanístico no debe ser eterno ni intocable, sino flexible en función de las necesidades del momento y en ningún caso dependiente del tiempo y de intereses políticos. Esta es una de las principales conclusiones surgidas de las jornadas de urbanismo celebradas la pasada semana, con participación de un centenar de especialistas, y clausuradas el jueves en el Centro Cultural de la Villa de Madrid
Las jornadas estaban organizadas por el Ayuntamiento madrileño, la Asociación Española de Técnicos Urbanistas y la Agrupación Territorial de Madrid y contaron con la participación de un centenar de especialistas de diversos países europeos.En la sesión de clausura, Carlos Conde-Duque, presidente de uno de los grupos de trabajo, aseguró que las jornadas habían servido para reflexionar, más que para llegar a unas conclusiones formales, ya que consideró que es difícil llegar a señalar verdades absolutas en cuestiones de urbanismo. Su preocupación se centró en advertir de los peligros que la rigidez de las decisiones pueda suponer para la ciudad. "Defendiendo el planeamiento, creo que hay que fijar claramente los elementos capitales y dejar las puertas abiertas para poder realizar todas aquellas variaciones que demanden las necesidades sociales", dijo.
Para Conde-Duque, este planeamiento rígido suele ir ligado a planteamientos políticos. "Cabe preguntarse", aseguró, "en qué medida, en una situación democrática, se pueden fijar planes que no puedan ser tocados con la misma legitimidad con la que han sido modificados previamente. El problema está en que se hacen y aprueban planes temporales largos para tiempos políticos que pueden variar en cuatro años. Creo que habría que llegar a lograr planeamientos consensuados, de forma que, aunque cambien los que ostentan el poder, se mantengan las líneas básicas". Tras estas consideraciones generales, Adriana Dal, presidenta de la mesa, resumió los temas tratados por los distintos especialistas.
La primera jornada sirvió para retratar la situación urbanística actual. Así, mientras Emilio Larrodera disertó sobre el diseño urbano realizado en la década de los cincuenta, Julio Cano Lasso centró su intervención en lo que hubiera sido la ciudad de Madrid en el caso de que se hubiera aplicado el planeamiento diseñado. El arquitecto Carlos Ferrán optó por hablar de un caso concreto: la remodelación del madrileño distrito de Tetuán.
Imaginación
Las posibilidades de reconducir la ciudad actual fueron analizadas en la segunda jornada. El arquitecto Michel Cantal Dupart, promotor del equipo Banlieuses 89 (Suburbios 89), que apoya el presidente francés, Frangois Mitterrand, habló de la importancia de la imaginación a la hora de trabajar por la renovación de las ciudades. Cantal Dupart, que, junto a Roland Castro, inició a finales de 1983 una actuación en zonas suburbiales francesas encaminada a que "los trabajadores no sean esclavos de sus alojamientos", dijo que los ayuntamientos de todas las tendencias políticas colaboraron con el proyecto, hasta el punto de que ya hay 218 ciudades involucradas en el mismo y los promotores cuentan con un fondo de 3.000 millones de pesetas. Cantal Dupart aclaró que el nombre del proyecto, Suburbios 89, es debido a que, dentro de cuatro años, terminan los mandatos municipales y porque la urgencia de la intervención obliga a que los programas estén concluidos en un plazo de cinco años.A lo largo de esa misma jornada, el arquitecto catalán Julí Esteban Noguera habló de los problemas del diseño en la ciudad metropolitana. Como ejemplo, entró en la historia del crecimiento de Barcelona desde los distintos planes de expansión hasta el Plan General de Ordenación Urbana de 1976 .
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