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Perú no pagará la deuda contraída con la banca

Juan Arias

Alan García, presidente de Perú, explicó, en una conferencia de prensa celebrada ayer en la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que su país está dispuesto a pagar parte de la deuda exterior, pero sólo "a los amigos que han prestado sin usara y a largo plazo, como, por ejemplo, a Alemania, que nos prestó a un 3% a 30 años". Pero añadió: "No pagaremos a los bancos, porque ésos ya ganan bastante".

A quien le preguntó si se ha hecho comunista y si es verdad que se habían deteriorado las relaciones entre Perú y España, Alan García respondió tajante: "No soy comunista ni lo seré nunca. Soy sólo un gobernante antiimperialista, pero no creo en la divinización del Estado ni deseo caer bajo otra denominación burocrática".Y por lo que se refiere a España, Alan García negó rotundamente que exista ningún deterioro, y afirmó que esto no puede suceder por tres motivos: "Porque los lazos que nos unen hoy a España son no sólo de amistad, sino fraternales, por la ideología y la personalidad del Gobierno de Felipe González y por las vinculaciones históricas que nos unen a ese país".

Volviendo al tema del comunismo, el presidente peruano quiso aclarar que nadie tiene el derecho de llamarle antinorteamericano y prosoviético por el mero hecho que decida romper un contrato comercial, por ejemplo, con Estados Unidos , ni, al revés, se le puede calificar como antisoviético y pronorteamericano si mantiene relaciones con los mismos.

Defendió con fuerza el proyecto en el que está hoy embarcado Perú de un "nacionalismo agrícola". Afirmó que, como en los tiempos de las colonias, no se hacía nadie rico sin el permiso de la corona, también hasta que llegó él al poder sólo se enriquecían los que obtenían favores del Estado. Alan García añadió que, en Perú, el Estado y sus servicios servían sólo para las grandes ciudades y para un 30% rico de la población".

Para los demás, para las masas de pobres campesinos, dijo, el Estado y sus ventajas no existían, es decir, no les llegaban ni sus escuelas ni sus hospitales ni sus medios de transportes, etcétera.

Contra el mesianismo

A quien le preguntó si la actitud rígida de Perú frente a la deuda externa podría servir también como ejemplo para los países africanos, Alan García respondió: "Mi deseo es que nuestro ejemplo cunda, pero fui siempre contrario a todo tipo de mesianismo; no se pueden exportar mecánicamente los proyectos de una país".Insistió mucho sobre la necesidad de lograr cuanto antes una unidad de toda América Latina y confesó que, a su parecer, el motivo aglutinante concreto de esta unidad podría ser hoy una actitud común frente a la deuda exterior. Y añadió: "Cualquier país de América Latina, por grande que sea, no puede resolver por sí mismo sus problemas y corre el riesgo de caer en un nueva dominación".

A la pregunta sobre cómo había recibido el país y cómo está a los 100 días de su presidencia, el presidente de Perú, respondió: "Pues todo está bien y todo está mal. Heredé una inflación del 250% anual, una recesión histórica en la agricultura y en la industria a causa del aperturismo hacia el comercio exterior; una deuda exterior que no es la mayor de América Latina, pero sí la más peligrosa, con un total de 5.200 millones de dólares (unos 84.000 millones de pesetas); un país de violencia y de violación de derechos humanos".

Y lo realizado lo resumió así Alan García a los representantes de la Prensa internacional: "Hemos reducido la inflación a un 3% mensual, hemos limitado la deuda, hemos rebajado en 500 millones de dólares (más de 80.000 millones de pesetas) los gastos militares, dejando de comprar aviones de guerra franceses. Hemos cerrado las importaciones en todo lo que nos es posible; hemos roto los contratos petroleros y hemos abierto otros. Estamos desbaratando las centrales de narcóticos y descentralizando el Estado".

A quien le preguntó si con su actitud ante la deuda exterior no temía hacer tambalearse la financiación mundial, el presidente de Perú respondió: "No, no se cae el cielo. Cuesta más la guerra de las estrellas. Ni tenemos miedo que esta actitud tenga que conducir a una invasión por parte de nadie. Las neurosis de la invasión externa las tienen sólo los débiles".

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