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Una obra de Fassbinder amenaza la paz de Francfort

La obra de teatro La basura, la ciudad y la muerte, del autor y director de cine Rainer Werner Fassbinder, ha sido retirada del teatro municipal de Cámara de Franctort (véase la segunda edición de EL PAÍS de ayer). Günther Ruehle, director teatral del estreno de esta obra, que levantó una violenta polémica en toda la República Federal de Alemania por su contenido antisemita, ha decidido suspenderla definitivamente. Ruehle, que hasta el último momento fue un firmé defensor de la puesta en escena de la obra por el principio de la libertad artística, señaló que debido a la tensión creada, por la controvertida pieza su estreno haría peligrar la paz ciudadana y el papel del teatro en la vida cultural de Francfort.

El nuevo intento de estrenar la obra había sido fijado para hoy tras los incidentes ocurridos el día previsto inicialmente para presentar la obra, el 31 de octubre pasado. Varios cientos de manifestantes de la comunidad judía de Francfort protestaron aquel día ante el edificio contra la puesta en escena de esta obra, que consideran antisemita e injuriosa para los ciudadanos judíos en la RFA. En el interior de la sala, unos 30 manifestantes ocuparon el escenario y desplegaron una pancarta que rezaba: "Antisemitismo subvencionado". Pese a los intentos de la dirección del teatro y del público invitado, el grupo de ocupantes del escenario no cedió en su intención de impedir el estreno.La comunidad judía había anunciado para hoy acciones similares con el mismo objetivo y las juventudes judías de Francfort disponían ya de localidades para acceder a la sala, por lo que era previsible que produjeran incidentes. El temor a estos incidentes y la cada vez mayor tensión entre partidarios y adversarios de la obra ha hecho finalmente reconsiderar al director teatral su postura de no ceder a las presiones de la comunidad judía y retirar entonces la obra del cartel.

Con, excepción de algunos críticos de teatro escogidos por la dirección teatral de Francfort para asistir de forma semiclandestina a una prueba la pasada semana, nadie conoce aún la puesta en escena de esta breve obra de Fassbinder, escrita en 1975 y de cuyo texto tan sólo fueron editados 5.000 ejemplares en la editorial Suhrkamp. Sin embargo, La basura, la ciudad y la muerte ha provocado ya con su mera inclusión en el programa de los teatros municipales de Francfort, tres años después de la muerte de su autor, el más violento debate sobre antisemitismo y sobre la libertad de expresión que se recuerda en la RFA en muchos años.

Durante semanas, la Prensa ha dedicado incontables páginas a la polémica y se han sucedido las declaraciones de personalidades de la política y la cultura tomando posiciones a favor o en contra del controvertido estreno de este legado de Fassbinder, que muchos consideran antisemita y de hecho vierte contra los judíos muchos de los prejuicios utilizados por el nacionalsocialismo para incitar y justificar el genocidio de los hebreos en Centroeuropa.

El protagonista de la obra de Fassbinder es el judio rico, un personaje saturado de características detestables y responsable de la especulación de terrenos, que le produce grandes beneficios a costa de la destrucción de la ciudad. Quien conoce algo el desarrollo urbanístico de Francfort en las dos décadas pasadas. percibe un paralelismo entre el judío rico y el actual presidente de la comunidad judía de la ciudad, Ignaz Bubi, uno de los grandes magnates del sector inmobiliario de Francfort. Éste se ha sentido aludido y ha sido uno de los dirigentes de la protesta.

Texto mediocre

El texto, para la mayoría de los críticos de muy mediocre calidad, contiene, pasajes que, según opinión de muchos, jamás deberían ser representados en un teatro alemán. Así, uno de los personajes, Hans von Bluck, dice: "Nos chupa la sangre el judío, y resulta que somos nosotros los injustos porque él es judío y nosotros cargamos la culpa... Si se hubiera quedado donde estaba o lo hubieran enviado a la cámara de gas, yo podría dormir tranquilo. Olvidaron meterlo en la cámara de gas. No bromeo. Así lo pienso en mi interior".Que en la RFA, 40 años después del hundimiento del régimen que liquidó a seis millones de judíos utilizando este tipo de retórica, se vuelvan a pronunciar frases semejantes ha reavivado los miedos de los, integrantes de la comunidad judía en la RFA, en gran parte supervivientes de los campos de exterminio. Aunque estos miedos sean irracionales por ser obvio que en la RFA no existe peligro de que surja un fenómeno similar, no se pueden ignorar los sentimientos de estos ciudadanos judíos alemanes, según señalan los adversarios de la obra.

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