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Crítica:MÚSICA CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un buen inicio

El segundo concierto de la Orquesta Nacional de España en esta temporada en el teatro Real y el primero en el que era dirigida por su titular Jesús López Cobos despertó una considerable expectación, no sólo por este hecho, sino también por la permanente atracción de la música de Beethoven, compositor al que se dedicaba íntegramente el programa. Dos obras lo componían: el popular Concierto para violín y el heroico Egmont, conocido casi exclusivamente por la obertura, que es, sin duda, su mejor parte, y que esta vez se ofrecía en versión íntegra.El violinista de Formosa Chú Liang Lin, ganador hace años del Premio Reina Sofía, volvió al escenario del Real para dejar constancia de su innegable clase en una interpretación marcada por la delicadeza y el intimismo. Todos admiramos un sonido bellísimo que, a pesar de no contar con un volumen amplio, se distinguía claramente del resto de la orquesta, en parte, todo hay que decirlo, por su afinación un punto más aguda.

Obras de Beethoven

Orquesta Nacional de España (ONE). Jesús López Cobos, Enriqueta Tarrés y Rafael Taibo. Madrid. Teatro Real. 10 de noviembre.

A él se une una de las técnicas más prodigiosas de hoy día gracias a la cual los sonidos destilaban transparencia, redondez y lirismo. Dobles y triples cuerdas se sucedían con enorme precisión y nitidez. Que se coincida o no con su concepto del Concierto para violín, de Beethoven, es otro cantar.

Interpretación vehemente

Uno prefiere personalmente una interpretación más vehemente y temperamental, sin por ello dejar de admirar concepciones opuestas, como la de Chu Liang Lin, coherentes en su enfoque esteticista. La Orquesta Nacional de España, bien dirigida por su titular Jesús López Cobos y con sólo un esporádico fallo en el viento, acompañó al violín solista introduciendo un acertado contraste emotivo, sin por ello perjudicar su personal visión global.Una de las características más acusadas en López Cobos es su afición por los montajes que requieren no sólo orquesta, sino también elementos añadidos y su capacidad para llevarlos a buen término. Egmont le ha brindado ocasión para demostrarlo nuevamente elevando en muchos puntos la calidad de la orquesta respecto a su nivel medio.

La partitura estuvo muy bien planteada en tempos y dinámica desde la obertura, donde la cuerda grave exhibió un empaste que la aguda fue casi capaz de igualar, para proseguir con equilibrio y ponderación y contando con una buena respuesta de todas las secciones instrumentales.

Estas cualidades fueron compartidas por la soprano Enriqueta Tarrés, poseedora de una bella voz lírica, pero no por el recitador Rafael Taibo, cuya grandilocuencia y falta de espontaneidad, tanto en lo vocal como en gesticulación, vino a agravar el problema de unos textos vulgares que hubiera convenido acortar para el concierto en cuestión.

El público disfrutó de un buen concierto, en cuya tónica esperemos se mantenga la Orquesta Nacional de España.

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