Un sistema flexible de tarifas en la OPEP no reducirá el precio del petróleo

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no ha establecido un sistema de libertad total de precios para sus 13 países miembros, pero se encuentra muy cerca de romper formalmente el sistema de precios basado en el crudo marcador o arabian light, actualmente situado en 28 dólares por barril. Es muy poco probable, sin embargo, que la adopción de un nuevo sistema más flexible de precios oficiales signifique una baja dramática en las tarifas del crudo en los mercados internacionales.

La OPEP celebrará su próxima conferencia ordinaria el próximo mes de diciembre en Ginebra. El presidente de la OPEP, el ministro indonesio Subroto, anticipó ayer, en unas declaraciones realizadas en Yakarta, que la conferencia se planteará la posibilidad de abandonar el actual sistema de precio único para el crudo de 34 grados API (American Petroleum Institute) y sutituirlo por otro más flexible, basado en una mayor libertad de cada productor.Las declaraciones de Subroto vienen a cuento de las realizadas el pasado jueves por el ministro de Petróleo de los Emiratos Árabes Unidos, Maná Said al Oteiba, que aseguró que, a partir del primero de noviembre, cada miembro de la OPEP se podría sentir libre para establecer el precio de su crudo a su antojo.

Aun sin ser exactas, las manifestaciones de Oteiba tienen una base cierta, fundamentada en su exigencia casi histórica para que la OPEP modifique el actual mecanismo de precios diferenciales (las tarifas de los crudos de diferente calidad al ligero arábico), que perjudica a sus exportaciones. Oteiba está librando desde hace más de un año una personal batalla con el jeque Yamani, el ministro saudí, fruto del empeño de éste de mantener contra viento y marea el precio único de 28 dólares y de restringir el denominado diferencial entre los distintos crudos.

La guerra de declaraciones de los distintos ministros de la OPEP no hacen más que sacar a la luz estas diferencias y los distintos intereses que encierra el consorcio. La mejoría que ha experimentado el mercado mundial de crudo, como consecuencia de la política de inventarios que llevan las compañías ante la llega da del invierno, favorece esta guerra de intenciones, en la que cada miembro de la OPEP se apresura a tomar posiciones.

Los 13 países miembros de la OPEP arrojaron una producción global de 17,3 millones de barriles durante el mes de octubre, cifra que supera los 16 millones en que está fijado el techo máximo de producción OPEP. Dicho volumen supone, además, unos 2,4 millones de barriles más de ventas que la media registrada en el tercer trimestre del año, según datos hechos públicos ayer por la publicación especializada Middle East Economic Survey (MEES).

De este aumento de producción se ha beneficiado, sobre todo, Arabia Saudí, cuyo Gobierno decidió hace un mes romper con su anterior política de nivelar el volumen de producción global de la OPEP mediante la reducción o aumento de la suya propia. Arabia Saudí produjo cuatro millones diarios de barriles en el mes de octubre, prácticamente el doble de los dos millones que extrajo en septiembre. Todavía, sin embargo, el reino saudí no ha alcanzado su cuota dentro de la OPEP de 4,35 millones de barriles.

Una ayuda para la OPEP

En esta situación, es muy posible que el invierno cure, temporalmente, muchos de los males de la OPEP, sobre todo si el frío es intenso en los centros de gran consumo, como son Estados Unidos y Europa. Por otro lado, la economía norteamericana parece haber regresado en la última parte del año a crecimientos sostenidos por encima del ligero estancamiento que experimentó en la primera mitad. En Europa, algunas economías, como la alemana y la británica, parecen registrar crecimientos superiores a los de años anteriores, lo mismo que Japón.Con una demanda de petróleo previsiblemente fuerte en los próximos meses, la OPEP es muy posible que pase el invierno con unos precios estables y aproveche esta situación favorable para ensayar un sistema de precios, más flexible, que le permita alejar las críticas sobre su falta de influencia sobre el mercado mundial de crudo.