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Una veintena de jóvenes ocupa un edificio abandonado en Lavapiés y resiste a la policía

El grupo de aproximadamente 20 jóvenes que ocupó el viernes por la mañana un inmueble abandonado de dos plantas en el número 83 e la calle del Amparo, en el barrio de Lavapiés (distrito de Centro), tiene la intención de "habilitarlo como un centro cultural y de actividades alternativas para la juventud", según ha declarado uno de sus miembros. Los jóvenes contaban desde el primer momento con la posibilidad de un desalojo policial, que estuvo a punto de producirse el sábado por la mañana, aunque lograron atrancar la puerta. La policía desistió para evitar un incidente de orden público. Pese al intento de desalojo, los ocupantes dicen que no pierden la esperanza de quedarse allí.El edificio ocupado, que se encuentra en buen estado de conservación a pesar de los escombros acumulados en su interior, albergó hasta 1969 un economato.

"Llevábamos bastante tiempo pensando en la posibilidad de aprovechar el edificio abandonado", señala Paz, una joven de unos 20 años, en nombre del grupo. "No formamos ningún tipo de asociación o colectivo", añade. "Somos un grupo de amigos. La mayoría vivimos en Lavapiés y tenemos ganas de hacer cosas.

Los jóvenes entraron el viernes en el inmueble forzando una ventana del primer piso. Jaime, otro de los miembros del grupo, justifica la ocupación así: "Después de intentar llegar a una solucion con la Concejalía de la Juventud, vimos que eran necesarios los consabidos trámites burocráticos que nunca conducen a nada". "Adernás", añade Jaime, "hemos comprobado que en el registro de la propiedad urbana no consta el dueño de este inmueble. Así que nos decidimos a ocupar el edificio. Hemos empezado a limpiar y hemos pensado en la forma de aprovechar el espacio, cuyas dimensiones permitirían incluso crear una sala de ensayos y conciertos para nuevos grupos musicales".

Mientras tanto, los vecinos de la angosta calle del Amparo, a espaldas de la ronda de Valencia y la glorieta de Embajadores, han reaccionado con sorpresa y cierta desconfianza. Los más jóvenes se han acercado con curiosidad hasta la puerta de entrada del antiguo economato para recoger unas fotocopias explicativas, amontonadas en un buzón en la fachada, fianqueado de carteles en los que se puede leer: "No somos drogadictos. La droga es producto de la falta de medios y del aburrimiento. Combátela y ayúdanos".

La Policía Nacional. mantiene una vigilancia periódica. De cuando en cuando, la presencia de algunos agentes paseando por las inmediaciones del edificio siembra la inquietud entre los jóvenes.

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