Arafat intenta minimizar sus diferencias con el rey Hussein de Jordania

El líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, se esforzó ayer en Amman en restar importancia a sus divergencias con el rey Hussein de Jordania, sin que su actitud apaciguadora haya sido correspondida por el monarca hachemí. Arafat aseguró haber acordado medidas con Hussein para fortalecer su maltrecha iniciativa conjunta de paz, como la creación de un comité jordano-palestino para afrontar "los incidentes que puedan obstaculizar el proceso de paz".

En la conferencia de prensa en Amman celebrada tras su encuentro del lunes con Hussein, y minutos antes de entrevistarse ayer con el primer ministro, Zeid Rifai, el líder de la OLP repitió también su oposición "a cualquier tipo de terrorismo", aunque reiteró que los palestinos tenían perfecto derecho a resistir a "la ocupación y a la represión" de Israel. En contra de lo que presumiblemente le ha solicitado Hussein, Arafat rehusó nuevamente reconocer explícitamente en público el derecho a la existencia del Estado judío, pero se declaró una vez más "dispuesto a aceptar todas las resoluciones de la ONU relacionadas con la cuestión palestina". "Ustedes no pueden decir", declaró a los periodistas, "que sólo me quiero quedar con una parte de la tarta".Arafat, como de costumbre, se mostró "optimista" tras las "constructivas" discusiones mantenidas en Amman. Sin embargo, dejó traslucir su temor ante el reciente acercamiento entre Siria, su enemigo jurado, y Jordania, cuando contestó con un lacónico sí a la pregunta de un corresponsal, que deseaba saber si esta reconciliación en ciernes tendría repercusiones sobre las relaciones entre el monarca hachemí y la OLP. Con el propósito, acaso, de hacer olvidar su aprensión a sus oyentes, el líder palestino invitó a renglón seguido al presidente sirio, Hafez el Assad, a adherirse al acuerdo firmado entre Jordania y la OLP.

Para no dar probablemente la impresión de estar constantemente en posición defensiva tras los últimos errores cometidos por la organización que encabeza Arafat dedicó buena parte de su conferencia de prensa a arremeter contra Estados Unidos, acusando a Ronald Reagan de haber perpetrado un "acto de piratería" al ordenar el secuestro del avión egipcio en el que volaban los terroristas que se apoderaron a principios de este mes del trasatlántico italiano Achille Lauro.

El aparente deseo de Arafat de limar asperezas con Hussein contrasta con la frialdad con la que ha sido recibido en la capital del reino, donde, sorprendentemente, el rey no lo acogió con un abrazo ni tampoco le invitó a cenar. La primera reunión de las delegaciones palestina y jordana se desarrolló, además, según un protocolo rígido, y la residencia de los huéspedes oficiales no ha sido, por primera vez, puesta a su disposición, lo que obligó a Arafat a hospedarse en un hotel. Además, la prensa jordana dedicó ayer, contra su costumbre, escaso espacio a la visita.

El pasado 11 de febrero ambos líderes árabes -Hussein y Arafat- concluyeron una "fórmula política de acción conjunta" con la que pretendían promover en conjunto, pero con el apoyo de Egipto, una negociación de paz, con Israel en el marco de una conferencia internacional patrocinada por la ONU. Se cree que Hussein está presionado por EE UU para desplazar a la OLP de un futuro acuerdo de paz con Israel, a cambio de que Jerusalén acepte una conferencia internacional con participación de la URSS.